EXO history: First Fight.

Capítulo 9: Tierra y su fuerza.

Do Kyung Soo.

Su familia vivía lo suficientemente bien para ser felices. Los señores Do siempre fueron personas muy felices y demasiado cariñosas. En su casa acogedora lo menos que faltaba era amor. Había amor por todos lados. Excepto por el pequeño y muy lindo KyungSoo. Ese, era un pequeño muy poco cariñoso y era difícil entablar una conversación con él. ¿Por qué? Por su penetrante mirada que no te dejaba en paz nunca.

Era pequeñito, con ojos grandes, carita chiquita, labios en forma de corazón, sí, es jodidamente tierno. Pero advertencia; es peligroso. Como varios dicen "chiquito pero picosito". Y en este caso, se aplicaba muy bien a este niño. Tenía amigos pero nunca le decían nada porque podría enojarse y ponerse bravo. Era en esos momentos cuando más miedo daba.

El pequeño y su familia nunca tuvieron problemas financieros. O eso pensaba Kyungsoo y la señora Do. Hasta que llegaron unos hombres vestidos de negro y empezaron a llevarse las cosas del hogar. El señor Do rogaba que no lo hicieran pero los hombres insistían en que hallaron una grabación donde se hallaba al señor Do robándole a su jefe de su empresa. En esos instantes, la señora Do y Kyungsoo se hallaban siendo llevados por un coche de la policía para que confirmaran el caso con la comisaría.

La esposa confiaba plenamente que su esposo fuera inocente y que, de lo que lo acusaban, fuera tan sólo un malentendido—Hijo, mírame a los ojos —pidió la señora Do con preocupación cuando vio que ya estaban entrando a la comisaría. El pequeño volteó con miedo queriendo y rogando internamente una explicación—. Lo que sea que digan de tu padre, es falso. Tu padre es un hombre honorable y sincero. Justo como te hemos enseñado a ser. Todo estará bien. ¿Sí? Confía en mí y estate tranquilo.

Al llegar ahí, le pidieron a la mujer que soltara a Kyungsoo. Puesto que se supone que ella también estaba acusada de estar integrada en el caso—¡Mamá! —gritó Kyungsoo cuando se lo llevaron de su madre. El policía que se lo llevaba, no le hacía caso y tampoco planeaba soltarlo y dejarlo con su mamá. Se jaloneaba intentando zafarse del agarre del policía. Este lo llevaba consigo a otro sitio alejado de los demás y del caso—. ¡Ustedes lo saben! ¡Mi padre es inocente!

Aseguró Kyungsoo mientras el policía se lo seguía llevando—Claro que lo es niño, pero aquí lo importante no es la justicia. Es el dinero que a todos nos pagarán por afirmar que no lo es. Cuando prueben que fue un ladrón y que tu querida mami también fue complot, te alejarán de tus padres. Tal parece que un hombre está abierto a adoptarte. Y jamás te volveremos a ver, niño —comentó con cierta maldad en su voz. El hombre creía que Kyungsoo no entendía la situación, pero claro que lo hacía. Y haría todo lo que fuera por probar que sus padres eran inocentes.

El policía lo metió en un cuarto y cerró con llave. Kyungsoo empezó a batallar por salir no logrando mucho. Habían otros niños ahí pero ellos estaban despreocupados. Se sentó al lado de la puerta cansado de tanto batallar sintiendo como había algo en su bolsa de pantalón. Sacó lo que vio y encontró un teléfono. Era el teléfono de su madre. Se lo había dejado ahí y no sabía para qué.

Pasó pensando por unos segundos hasta que se le ocurrió que podría llamar a un amigo de su madre. Ese amigo, era amigo de sus padres y trabajaba con su padre. Él podía ser un testigo. Y de seguro él diría la verdad. Porque, posiblemente, sí todo era pagado le pagaron a supuestos testigos para que digan lo más conveniente.

Para su suerte, se sabía la contraseña de su madre y puso desbloquearlo casi en seguida. Encontró agendado el número del señor Park y lo marcó rápidamente. Pero antes de que la llamada entrara, el teléfono le fue arrebatado por el policía—¡No puede hacer eso! ¡No puede! ¡Es injusto!

Logró salir antes de que el hombre cerrara la puerta intentando quitarle el teléfono al policía—Ríndete, niño. Tengo la orden de no estropear el plan —dijo quitándole el teléfono después de meterle una paliza. Kyungsoo calló al piso con dolor. Pero eso no lo detuvo, corrió al hombre con más furia. Entonces, una barrera de tierra desprendió de la nada prohibiéndole el paso al policía que se sintió impactado.