Manuela/Lola.
Me quedé helada. Todo lo que ardía en mí, se congeló de repente. Me separo de él tal y como había hecho él unas horas atrás y me cubro con lo primero que encuentro, como si estar desnuda fuese algo importante en aquel momento.
-¿Qué estás diciendo, Daniel?
-¡No, mami! -Se levanta y pone las manos en señal de defensa- Déjame que te lo explique.
-Hombre, pues no creo que haya mucho que entender aquí... -Digo con sarcasmo y a la vez con un poco de miedo.
-Escúchame, por favor.Me quedo callada aunque lo único que me apetece es salir corriendo.
-A ver -comienza a hablar y se frota la cara-, el año pasado, hubo una pelea en nuestro barrio. La verdad es que a Khaled todo se le fue de las manos y sacó la navaja. Y eso si se saca es pa usarlo, si no se deja guardao.
-Bueno, claro, eso según la mente de un súper machote -digo en tono hostil. Él pone cara de "déjame seguir", así que me callo.
-El caso es que se lió parda. Pero solo hubo un par de cortes, y ni siquiera eran graves, yo mismo los vi. El resto fueron puñetazos y bobadas.
-Bueno, Daniel, no sé lo que es una bobada para ti... Pero, a ver, ¿eso qué tiene que ver contigo y un homicidio?
-Pocos días después nos enteramos de que uno de los tíos estaba muerto en una cuneta. No sé cómo pero hay pruebas incluso que demuestran que fui yo quien hizo todo eso. Pero no fui yo.No me fio en absoluto. Y, en realidad, no quiero saber más. Yo estaba casada, sí, pero lo suyo era mucho peor. Aún así, soy tonta y sigo preguntando:
-¿Por qué tú y no Khaled?
-Bueno, digamos que tengo taras pendientes con el cabeza de ellos. Y nunca he querido pagarlas...
-Estoy intentando creerme todo esto, Daniel...
-Ya, ya sé. No estoy seguro de por qué te he contado esto, pero supongo que necesitaba soltarlo ya a alguien.
-Sinceramente, me parece muy sospechoso...Le hago suspirar y vuelve a frotarse la cara. Se apoya en un mueble y me mira. Yo me cruzo de brazos.
-No sé qué más puedo decirte -me confiesa indefenso.
-Necesito pensar en esto...Tras una reyerta callejera, un cadáver aparece y, supuestamente, Daniel es inculpado y no culpable. Realmente, lo más lógico es que él haya sido el responsable, no que alguien se haya molestado en crear pruebas judiciales que le condenen. Aun así parece muy preocupado. Yo quiero creerle, pero sé que estoy cometiendo un error. Me acerco a él y apoyo mi cadera en la suya.
-Júrame que no has sido tú... -Le pido mirándole a los ojos.
Me rodea la cintura con un brazo y a continuación me besa despacio.
-Te lo juro, ma.