Amaia miró a Alfred sorprendida al verlo entrar en el depósito donde ella cada día organizaba los zapatos. Estaba vestido con uno de los vaqueros y una de las camisetas que le había desfilado la noche anterior y sonrió para si misma.
-¿Y tú que haces aquí?.-Susurró acercándose a él. Él la miró unos segundos y lo único que hizo fue tomarla entre sus brazos y darle uno de esos besos que la hacían vibrar por completo.
-Amaia...-Anabel dejó caer las cajas que llevaba en las manos y carraspeó incomoda apartando la vista.-Lo siento, no sabía...-Dijo girándose y saliendo de allí. Amaia miró a Alfred y los dos rieron.
-¿Ves lo que provocas?, ahora va a pensar que eres mi novio o algo.-Él la miro divertido.-Por cierto, ¿Qué haces aquí?.
-Tenía que contarte algo muy importante.-Dijo serio.
-Uy, pero que seriedad. ¿Y es tan importante que no podías esperarte a que llegara a casa?.
-Pues si es que...
-¡Amaia!.-Escucharon la voz de Teresa.
-Mierda, escóndete allá, anda.-Le dijo señalándole la parte de atrás de un estante.
-¡Amaia, donde estás!.
-Aquí, Teresa.-Le respondió con mala leche, le molestaba que estuviera gritando todo el día.
-Oye, tengo que salir un rato y esta chiquilla Anabel no sé que se hizo...¿te encargarías?.
-Claro, no te preocupes. Ya me encargo yo.
-Gracias. Ah por cierto, más tarde va a venir una chica que contraté para que atienda allá también.
-Vale.- Asintió Amaia. Su jefa salió y Alfred no tardó en colocarse al lado de Amaia.
-Creo que es mejor que esperes a que llegue a casa y hablamos lo que quieras.
-No, Amaia, esto es muy importante.
-Alfred, tengo que trabajar...no quiero que me echen ¿vale?, ¿Qué es tan importante?.
-Creo que sé porque no tengo mis poderes.-Amaia lo miró sorprendida.
-Vale dame un segundo.- Corrió hacia una esquina del deposito donde sabía que siempre se escondía Anabel para trabajar más tranquila y la vio rellenando unas fichas.-Ana...-Dijo en un susurro. La chica levantó la vista.
-Oh cielos, siento haber interrumpido hace rato pero no sabía...-Amaia rió.
-No te preocupes, pero necesito pedirte un favor.
-Claro, dime.
-Es que ¿ves a mi novio?.
-Si claro, como no si está buenísimo...-Las dos rieron. En el tiempo que Amaia había estado trabajando allí se habían hecho muy amigas.
-La cosa es que él se había ido a trabajar a otro lugar...que está bastante lejos...y tenía mucho tiempo sin verlo, quería saber si me hacías el favor de atender un momento...sé que no te gusta pero serán solo unos minutos.
-Claro, no te preocupes. Pero no sabía que tuvieras novio...es mas pensé que estabas saliendo con alguien pero que aún no...
-No, es que Alfred y yo lo habíamos dejado por un tiempo pero ya sabes, cuando nos vimos de nuevo...renació el amor.-Dijo de una forma tan dramática que casi la hace reír a ella misma.
-Oh, bueno. Vale, ya voy yo a atender, pero no tardes ¿si?.
-No.
Sonrió y regresó hasta donde "su novio" la esperaba.
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