capitulo 20

680 50 5
                                    

Amaia se despertó sobresaltada.

-Eh, eh...-Sintió que un brazo la rodeaba debajo de las sabanas.-¿Qué pasa, amor?.-Giró la cabeza para encontrarse con esos ojos castaños que tanto amaba.

-He soñado feo otra vez...-Dijo con voz de niña haciéndolo reír.

-¿Si?, ¿la niña quiere contarme?.-Amaia estiró la mano acariciando aquel perfecto rostro.

-Soñé que me dejabas otra vez, que no te volvería a ver...-Él sonrió a medias besándole la nariz.

-Te dije que siempre estaría, solo tienes...

-Que tener fe en ti.-Rió.-Ya lo sé, coñazo.-Él le sacó la lengua.-Y la tengo, ya lo sabes.

-No sé, a veces me parece que no...-Dijo haciéndose el ofendido. Amaia carcajeó colocándose sobre él y besándole el rostro.

-Creo en ti, mi angelito, creo en el amor que siento y creo que tú eres mi felicidad.

-No digas lo de angelito muy fuerte.-Le susurró.-Recuerda que es mi pasado secreto.-Los dos rieron.

Alfred había llegado a un acuerdo con su jefe, empezaría una vida completamente nueva como mortal, nadie recordaría nunca haberlo visto, incluso Amaia, pero él se las había arreglado para que si lo recordara, para que recordara cuanto lo amaba y cuanto la amaba él a ella. Por eso ella era la única que sabia quien había sido Alfred antes, el Serafín Mayor mas respetado del cielo. Ni siquiera Isabel lo recordaba, y ellos pensaban que todo era mejor así.

-¿No extrañas ser un ángel?.-Le preguntó ella acariciándole los rizos con cariño.

-¿Cómo extrañar ser un ángel cuando tengo uno entre mis brazos?.-Le sonrió con dulzura.-Tú eres mi ángel, eres mi todo.

-Calla tonto, que me pongo colora'.-Alfred rió.

-Pues a mi me encanta cuando te sonrojas.-Dijo solemne.

-¿A si?.

-Claro...

-Pues a mi también me encanta cuando te sonrojas, y mira que te he visto sonrojarte más de una vez...sobre todo cuando hago esto...-Dijo besándole el cuello con picardía.-O esto...-Su boca besó el fuerte pecho de Alfred haciéndolo reír.-O esto...-Rió ella mirándolo y luego besándole el abdomen.-O...mejor esto..-Alfred sintió como la boca de Amaia lo besaba en aquella parte que había empezado a controlar últimamente, pero Amaia a veces no ayudaba.

-Oh, cielos...sal de ahí pequeña bribona. –Ella rió entre dientes debajo de las sabanas.

-¿Y si no lo hago que?.

-Pues atente a las consecu...-Cerró los ojos placenteramente al sentir aun la boca de Amaia allí debajo, podía ver su cabeza debajo de la sabanas y carcajeó.-Venga, Amaia...

-Estás sonrojado...puedo verte desde aquí.-Él rió.

-Vale si, pero sal ya de ahí o voy a morir...

-Es parte de ser humano ¿sabes?, todos mueren...

-Pero no infartados de esta forma.-Rió.-Venga, sal y dame un beso.-Ella ascendió sonriendo pícaramente.

-Eres un humano muy débil, Alfred.

-Ya sabes lo que dicen...la carne es débil.-Ella carcajeó.

-Pues la tuya lo es y mucho...

-Pero es por tu culpa.-Ella abrió la boca indignada.-Provocas miles de pensamientos impuros.

-Ya claro.-Rió.-¿Sabes que es lo que pasa?, que eres un exangelito pervertido.-Él sonrió e intentó besarla pero Amaia se alejó de su boca.-Voy al baño.

I Believe In YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora