capitulo 17

647 64 2
                                        

Lo vio cabreado mientras terminaban de cenar. Isabel se quedaría en casa de una amiga, al menos eso le había dicho y ella quería creer que era así porque confiaba en su hija, pero ahora no tenían medio pacificador. Alfred estaba aún molesto y ella no planeaba dirigirle la palabra mientras él no lo hiciera. ¿Pero quien se creía que era?, ahora era humano como ella...claro, un humano que estaba mucho más bueno que cualquier otro pero un humano al fin y al cabo. Levantó la vista y vio como él la miraba fijamente.

-¿Qué?.-Le dijo ella comiendo de su plato. Él aparto la vista sin responderle. Amaia siguió comiendo en silencio  y cuando levantó la vista de nuevo el seguía mirándola.-¿Qué?.-Repitió.-Si quieres decirme algo dímelo, que me pones de los nervios.-Le dijo volviendo su atención al plato. Alfred quería decírselo, quería decirle que aunque el fuese un ángel, bueno en ese momento no pero lo era; y ella una mortal, él se había enamorado.

-Yo lavo los platos.-Carraspeó recogiendo la mesa. "Que cobarde, eres tío". Pensó para si mismo, pero esto era mas difícil de lo que se había imaginado.

-No, deja ya lo hago yo, tú has cocinado.-Amaia se levantó también quedando frente a él. Los dos se miraron y luego apartaron la vista.

-Tú ve a descansar que seguro estarás cansada...-Dijo caminando hacia la cocina.-Y  mañana necesitarás energía para tu cita.-Dijo irónico, pensó que Amaia no lo había escuchado pero se dio cuenta que estaba equivocado cuando se giró y la vio parada en medio de la cocina con una mano en la cintura.

-Vamos  a ver, angelito rezongón...-Dijo con los ojos entrecerrados.-Te agradecería si me dijeras que coño es lo que te pasa.

-Nada.-Se encogió de hombros aparentemente de forma indiferente.-¿Qué crees que me pasa?.

-Pues no sé, es lo quiero saber.

-Ya sabes que ese tío...-Amaia puso los ojos en blanco.

-¿Cuándo vas a tener los cojones de decir que estás celoso?.-Él se acercó mirándola desafiante.

-Muy bien, estoy celoso. ¿Qué con eso?.-Ella rió.

-Vaya, por fin.

-Ahora dime ¿Por qué vas a salir con él?.

-Porque me sale de donde ya sabes...-Dijo ella sin dejar de sonreír.

-Amaia es que...

-¿Qué?.

-Escuché lo que pensaba, decía que eras perfecta porque no tenías amor en tu corazón...¿Qué humano puede saber eso?, escúchame, Amaia...ese tipo es muy raro...no se trata de mis celos, que vale.- Sonrió apenado.-Ahora que soy humano los siento aún más...se trata de que no quiero que nada te pase.-La miró de forma intensa.-No soportaría que nada te pase...-Ella aún haciéndose la dura frunció el ceño.

-No entiendo.-Alfred suspiró.

-Da igual...solo cuídate...por favor.

-Lo he hecho en los últimos años de mi vida así que...te aseguro que no tienes de que preocuparte.

-¿Por qué eres tan cabezona?.

-¿Y tú?.-Alfred agitó las manos vencido.

-Haz lo que quieras...-La miró durante unos segundos.

-¿Eso es todo?, porque quiero ir a darme una ducha...

-Pues anda.-Le dijo el dándole la espalda. Amaia rió meneando la cabeza. Alfred a veces parecía un niño pequeño.-Ah oye...-Amaia que caminaba hacia la puerta se giró.-Creo que hoy dormiré en el sofá.-Ella rió entre dientes y se encogió de hombros.

I Believe In YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora