⟨ « Su nombre era Byeol, que significaba estrella.
Ella era la estrella que iluminaba su oscura noche. » ⟩.
Cuando ambos se juntan, crean una mezcla rara pero muy buena. Cómo si se tratara de algo exótico.
Amor, dudas, temores, celos, malentendidos...
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BeomGyu se encontraba en la azotea, admirando la bella vista que obtenía desde ahí. Los edificios y algunas casas que estaban ubicados en el panorama se difuminaban a al perfección con la luz del anaranjada del sol, saliendo apenas del horizonte. Desde esas alturas, las personas se veían diminutas, algunas iban apresuradas al trabajo y otras estaban paseando a su s mascotas. Cada quien viviendo a su ritmo.
BeomGyu saco de su bolsillo un lápiz y abrió su libreta amarilla, y así comenzó a escribir una nueva canción. El nombre no lo tenía, pero, gracias a la hermosa vista, logro escribir algunos versos.
La puerta de la azotea rechino, indicando que alguien había subido. Al voltear, encontró con que era la chica que ponía su mundo de cabeza.
-¡Beom-Bi! -la chica rápidamente llegó a su lado-, te busqué en nuestro árbol, pero no estabas... Quería devolverte de alguna manera, el que hayas gastado tu dinero en el refresco del otro día -detras de su espalda, donde escondía la bebida, sacó la famosa naranjada azul.
-No era necesario, Byeol... -reclamó el castaño.
-Pero lo quería hacer -le extendió el refresco, el cuál, a muy duras penas, BeomGyu aceptó.
-Disfrutalo -dijo la pelinegra-, yo me tengo que ir... -Byeol intentó dar una media vuelta, pero Beom sostuvo su muñeca, como un reflejo.
«No quiero dejarte.»
No quería estar solo, quiera compartir tiempo con alguien más. Específicamente, Kang EunByeol; él buscaba estar más con Byeol. No sabía cómo porque derrepente su corazón le pedía a gritos eso, pero lo que si tenía en cuenta es que necesitaba estar con la chica.
Sonaba muy posesivo, pero no lo hacía en ese sentido. No lo hacía para que no estuviera con algún otro chico o algo así por el estilo. Si no, más bien, lo hacía porque ella era la medicina que él necesitaba en su vida diaria para tener un poco de alegría que el necesitaba.
«Los amigos pueden decir: Haz lo que quieras. Nunca podrían imaginárselo, mi aegyo.»
-¿Puedes quedarte un momento por favor? -rogó el chico, haciendo un lindo puchero para llamar la atención de la pelinegra.
-Yo... -Byeol trató de evitar mirar directamente al castaño, pues había una gran probabilidad de que le diera un "coma diabético", por la dulzura que transmitía BeomGyu.
-Byeol-inne~~ ¿Puedes?
De verdad, cuando esté chico se proponía ser tierno, lo lograba. Y así fue como EunByeol cedió a quedarse al lado de BeomGyu.
