Capítulo 15

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Llegué con los ojos hinchados y rojos a la casa, no pude ni mira a Paula para despedirme y tampoco ella quería hacerlo, así que me bajé y di un azote al cerrar la puerta de mi casa.
Entré a mi cuarto, y en la penumbra me tapé y lloré. Me sentía como una niña pequeña abrazada a la almohada llorando, nunca hubiera imaginado que perder a una amiga doldría tanto.
Los mejores momentos con ella eran como un cuchillo punzandome el corazón :
Cuando la conocí, 1era punzada; la primera copa que gané, 2da punzada; su apoyo incondicional; tercera y última punzada antes de caer en el vacío de depresión.
Toda ese día y el siguiente lo único que hice fue llorar y dormir.
El lunes tocaba mi entrenamiento con ella, no quería ir pero no quería darle más razones para que me odiar.
De mala gana tomé un baño, me puse mi ropa deportiva y los Ray-Ban más oscuros que encontré.
Vi su auto aparcar, esa camioneta se camuflaba con el paisaje: cielo oscuro, silencio sepulcral en la calle y una viento frío.
Abrí la puerta, ella no me saludó y solo manejó.
En todo el camino nadie dijo nada, no había música que pudiera dispersar la tensión generada, ni shower de Becky G podría traerme felicidad en este momento.
Llegamos y nos dirigimos a la cancha, sin pronunciar ninguna palabra. Ella colocó el palo en el hoyo y puso aleatoriamente pelotitas alrededor de la cancha.
-Hoy toca tiros aleatorios, lo que busco es saber tu estrategia en el juego ya que la máxima cantidad de toques por pelota deben ser 6, si superas ese número, empiezas de nuevo.
-Por cierto, él es Alejo, tu caddie para el torneo.
Asentí mirando al campo . No lo quería ni mirarlo ya que mi humor estaba por los pisos.
-Señorita Calle, le sugiero este palo para su siguiente tiro.
-Solo dame el palo y no hables- gruñí.
-Alguien se levantó con el pie izquierdo hoy.
-Si serás...
Iba a explotar pero vi de reojo a Paula.
-Dame el número 9- le dije en un gruñido.
Me lo pasó lentamente.
Calma Daniela, sólo soportalo.
Maldición, el impacto de la bola fue muy fuerte por lo que desvío de mi ruta planeada. Me tomará más de 6 tiros completar la nueva ruta, a menos que...
Fui a la siguiente bola.
Si le doy un ángulo de 60 grados golpeará la otra pelotita, apliqué el golpe y salió como lo plameado.
-Señorita Calle, usted es un genio.
- ¡Qué más esperabas de mí!- lo dije por primera vez viendolo.
Era un chico alto, trigueño, ojos café
-Si ya acabaron, todavía te faltan 3 pelotas más Daniela- Dijo Paula.
De pronto toda la emoción que tenía de desplomó, Paula no me ha llamado así desde el primer día que nos conocimos.
Terminamos el entrenamiento en silencio, al parecer mi caddie se dió cuenta de todo y agradecí que no mencionara nada al respecto.
Ya nos estábamos por ir hasta que Paula recibe una llamada, ella tiene un tono especial para cada persona pero esta vez no reconocía de quién era.
-Señorita Daniela Calle- dijo el mientras Paula se alejaba para hablar - me alegro mucho de ser su caddie y todo pero creo que deberíamos salir.
- Lo lamento, pero no estoy interesada, recién te conozco.
-Jajajajaja- se ríe Alejo muy extrepitosamente- no me maliterprete señorita Calle pero usted no es mi tipo.
No sé por qué me molestó ese comentario, así que sin darme cuenta le pregunté el por qué de su falta de atracción por este bombón.
-jajajajaja señorita Calle, yo pensé que era muy obvio, pero bueno, soy gay y estoy felizmente enamorado de mi bebé Mario Ruiz.
- Pues te informo que yo también ando super ilusionada con una pequeña peliazul, aunque ya no le veo ni sé nada de ella.
-No te preocupes, ella quizás anda indispuesta o quizás le robaron el celular o qué se yo.
- Gracias pero desearía verla otra vez.
- Ten fe en el destino, mírame a mí, ando suoer feliz con mi pasivo Mario, mi bebé hermoso y lo conocí de la manera más rara.
-A sí? Cuenta, cuenta.
- Buenl estaba en....
Alejo no pudo empezar su historia de amor porque apareció Paula corriendo hacia nosotros con un rostro muy preocupada.
- Daniela tenemos que ir al hospital, Juliana está grave.

La Copa - Caché Donde viven las historias. Descúbrelo ahora