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Alessandro Bianchi era un chico tranquilo.
El ítalo-americano de la nariz grande y las cejas pobladas que, si lo vieras en las mañanas, te haría creer que la Apocalipsis zombie ha comenzado.
Un estudiante alimentado por comidas de microondas, clase media, estresado por la escuela y pagando una renta bastante cara por el closet que era su apartamento.Sí, un chico tranquilo.
Y este chico tranquilo tenía un gato tranquilo.
Oliver, el ligeramente obeso (es puro pelo, no es que odie moverse de la cama) macho anaranjado con brillantes ojos cafés que adora tirar sus macetas y observarlas romperse.
Encantador, por supuesto.Alessandro, como cualquiera hubiera esperado, pasa más tiempo con su querido felino que realmente hablando con personas, y es el único comfort que busca después de que sus ojos estuvieran cansados, haciendo de las letras una bruma incomprensible.
El universitario promedio.Un buen día, al regresar a su departamento, Alessandro se dio cuenta que algo... no cuadraba del todo.
Pudo haber sido el extraño hedor que emanaba la caja de arena, la puerta del refrigerador medio abierta, el jarrón de porcelana derribado en el suelo o el enorme grupo de veintisiete curiosos felinos que lo observaban desde su sala con aires obstinados.
... Probablemente eso último.
Lo último que ese chico había esperado encontrar al regresar del trabajo era que estuviera irrumpiendo una importante junta felina llevándose a cabo en sus sillones de tela rasguñada.
Nada mejoró cuando los escuchó hablar.— ¿¡Qué demonios, Oliver!?
Algo causó que ese manojo de alimañas se convirtieran en una pesadilla parlanchina, atrapando a Alessandro en medio de una situación completamente, ridículamente, absurdamente... emocionante.
Ahora está en manos (y patas) del cansado italiano, sus dos confundidos amigos, treinta y un gatos parlantes y cuatro usuarios de Reddit con el mismo problema resolver este misterio, que esconde mucho más de lo que aparenta.
¡Una peluda catástrofe!
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Moodboards
Oliver
Nerea
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Cat-a-clysm
Teen Fiction¿Qué les está sucediendo a los gatos? Oliver, la mascota de Alessandro, ha comenzado a hablar. De la noche a la mañana, así como así y con ganas de decir todo lo que no ha dicho en sus cinco años de vida gatuna. Después de él lo hizo Anhura, luego N...