Capítulo 65

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-Negocios Miserables-

Capítulo 65

Un aire entra por la puerta que ha quedado abierta y me enfría las mejillas que están húmedas por las lágrimas que he derramado. Un rato después Matt la cierra.

Sigo sin poder moverme aún, ni siquiera puedo borrar mi rostro lleno de perplejidad. Escucho las respiraciones agitadas de Matt y mi corazón latiendo violentamente. 

‘Un policía’ es… un policía. Ahora entiendo todo. Todas esas llamadas, esas veces que tenía que irse. La placa… Me siento tan estúpida al no haberme dado cuenta. Se ha ido, y jamás regresará. Si lo hace morirá. 

-______ -es Matt. Me llama en un susurro. 

Logro cerrar la boca y girar mi cabeza para mirarlo. Sus mejillas ya no tienen ese color rojizo, ahora su piel vuelve a estar igual de pálida que antes. Quizás ahora lo está de más. 

-¿S…sí? 

Guarda su pistola en un cartucho y lo pone sobre una pequeña mesita de caoba. Se acerca a mí lentamente y pone una mano sobre mi hombro. 

-¿Estás bien? 

Asiento con la cabeza y logro mover mis pies para alejarme. Matt me sigue, escucho sus pasos detrás de mí. 

Me siento en un mueble de cuero color blanco. Está frío. Pongo una pierna sobre otra y me recargo en el respaldo. Un mechón de pelo me cae sobre los ojos. Lo pongo detrás de mi oreja y suspiro. 

¿Qué podré hacer ahora? ¿Llorar más? Pero ya no puedo… Además, ¿de qué sirve llorar por él? 

Siento la presencia de Matt, y luego me doy cuenta que se ha sentado a mi lado. Claro, seguro ahora quiere hablar conmigo. 

Lo miro. 

-¿Qué ocurre? 

-¿Enserio estás bien, _____?

¡No! no lo estoy. 

Asiento. 

-Necesito que me expliques lo que pasó. ¿Cómo supiste eso de él? 

Matt se acomoda y me mira a los ojos. 

-Cuando me fui con esos hombres que vinieron esta mañana, nos encontramos con Walter, acababa de escapar. Entonces, él nos contó todo obviamente. Josh lo encarceló, pero no sólo quería encarcelarlo a él, sino también a mí y a varios de nosotros. 

-¿A ti? Pero Josh no… entonces… ¿por qué lo dejaste ir? 

-Porque… sé que te lastimaría que le hiciera daño…

Entonces, mis ojos comienzan a arderme. ‘No voy a llorar, no lo haré’ me digo. Pero las lágrimas me ganan. Claro que no quiero que lo dañen. Haya hecho lo que haya hecho. Mis labios empiezan a temblarme, tengo que apretarlos para evitar curvarlos hacía abajo. Un rato después también me ganan y en mi rostro se dibuja una mueca de tristeza.

Matt me abraza. Mantengo mi boca cerrada para evitar dejar escapar sollozos. 

-Yo… -intento hablar- no lo sabía, pero… había notado cosas extrañas en él. 

-¿Cómo qué? 

Matt se separa de mí y me mira con atención. 

-Cuando recientemente llegué… encontré unos expedientes, se veían muy extraños. Yo creí que él quería matarte o algo por el estilo. Me explicó, me dijo que tú se lo habías dado. 

-No lo hice –agita la cabeza. 

-Lo sé. Y una vez, encontré una placa de policía en su cuarto. Eso fue lo que más me inquietó, pero por supuesto, él me mintió diciéndome que había matado a un policía y había guardado la placa. Fui estúpida y le creí. 

-_____, ¿por qué no me contaste jamás?

-No le tomé demasiada importancia. O mejor dicho, no quería hacerlo, no quería pensar nada que me decepcionara de él. No quise darme cuenta de lo que en verdad me ocultaba. Papá… perdóname por favor. 

Matt limpia mis lágrimas con sus dedos y sonríe. 

-Tranquila. Él se ha ido ahora. 

-Sí –una lágrima ocupa el lugar de otra que Matt limpió- se fue… para siempre. 

-Creo que es lo mejor… 

-Lo es. 

Esta vez, soy yo la que limpia mis lágrimas. Me desespero al darme cuenta que no dejan de brotar y brotar. Me alegra haberle dicho todos mis sentimientos antes de que se fuera. Haber probado sus labios por última vez. Y haber pasado una noche en vela platicando sobre nosotros. Me alegra haberme dormido en su pecho. Pero ahora todo terminó. Al menos lo disfruté…

-Eres tan parecida a tu madre.

Su comentario me hace voltear a verlo. Su sonrisa todavía se hace visible. 

-¿Qué? 

Pone un mechón de pelo detrás de mi oreja y me hace una leve caricia en la mejilla. 

-Tienes sus mismos ojos. Ése mismo color miel. Me haces recordarla tanto. Recordar cuánto la amé y recordar lo mucho que me lastimó. Pero el dolor me hace darme cuenta que fue real. Y que gracias a ello te tengo a ti. A ti mi pequeña _______. 

No hago un solo comentario, pero intento regalarle una sonrisa. Aunque no me sale como lo esperaba. Quizás es un buen momento para que saque el tema de Cassandra. 

-¿Qué hay entre tú y Cassie?

Matt se ruboriza e intenta evitar una sonrisa. 

-Nada en especial. 

Me doy cuenta que es la primera vez que sonrío de verdad desde hace un rato. 

-Sé que hay algo más que ‘amigos’. Dime. 

Baja la mirada un momento, y luego vuelve a mirarme con las mejillas el doble de rozadas. 

-Sí, ______. Ca…Cassie y yo estamos saliendo. 

Me dirijo a abrazarlo y reír. Es extraño sentirme feliz en este momento. Aunque lo estoy por él, no por mí. 

Me separo lentamente y Matt se encarga de terminar de secar algunas lágrimas que se quedaron estancadas. 

-No llores más, ________. Yo te prometí no llorar cuando me enteré lo de mi enfermedad. Ahora tú prométeme no llorar más por él. Aunque sea difícil. 

¿Difícil? Es más que difícil. 

-Lo prometo. 

Es una promesa que no durará por mucho. Disfrazo mi tristeza dedicándole otra sonrisa. 

Josh. Su nombre vuelve a mi cabeza. 

¿Cómo alguien puede sacar al amor de su vida del corazón de un día al otro?

Ahora me doy cuenta que cuando el corazón se enamora, el amor se vuelve socio del engaño. Y todo se vuelve un negocio miserable. 

Negocios Miserables.- Josh Hutcherson & ____________.-MeelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora