Capítulo 70

670 37 0
                                    

-Negocios Miserables-

Capítulo 70

La chica que está frente al espejo no soy yo. Por supuesto que no. Esa chica del espejo parece una ramera. Nada más. 

Este lugar es una completa tortura. Me han dicho que me llevarán con el jefe. ¿Quién es el jefe? ¿Qué es lo que quiere de mí? Todo es tan jodidamente confuso. 

He perdido la esperanza de que Matt esté intentando buscarme. Quizás ahora está grave. Con su enfermedad no puede recibir noticias tan fuertes. Como ésta. 

Mi rostro tiene bastantes kilos de maquillaje y uso un vestido strapless color rojo como la sangre. Se ajusta completamente a mi cuerpo y da a notar las pocas curvas que tengo. 

-Oh –exclama el mismo hombre que me secuestró. Se llama Elliot- _______, ¡Estás encantadora!

Dejo de mirarme al espejo y doy media vuelta para mirarlo. Sus ojos son impresionantes. Grandes y azules. 

-¿Tienes idea de lo hermosa que luces? Le encantarás. 

¿A quién le encantaré? 

-Luzco… como una ramera. 

Elliot frunce los labios y chasquea su lengua. Toma mi barbilla y la levanta para que lo mire. 

-Una ramera hermosa. 

Rodeo los ojos. Es tan idiota. Quisiera poder golpearlo, pero sé que es mucho más fuerte que yo. Me mataría en cualquier segundo que me distrajera. 

-No me rodees los ojos,_____. Uhmm… Interesante. Le comentaré al jefe de esto. 

Me mira de arriba abajo. Pone su dedo índice en mis labios y de ahí baja hasta mi pecho. Sus ojos rápidamente se encuentran con los míos. Su mirada me llena de terror. 

-Dime algo, nena; ¿eres virgen? 

Trago. ¡Oh, Santo cielo! ¿Le miento?, ¿Le miento? Quizás será peor. Entre tanto decidir, él habla: 

-Por Dios, qué estúpido soy. Es obvio que no lo eres. Salías con ese chico, ¿no? el policía… ¿cómo se llamaba?

-Josh –susurro. Hubiera preferido guardármelo para mí. Ahora decir su nombre duele. 

-Sí, ése. Seguro te robó tu virtud –da una carcajada- Fuiste muy tonta. 

No. Creo que fue una buena decisión. Fue con la persona que en realidad amaba, bueno, amo. Ay, no debo pensar en esto ahora. 

-Como sea, nena. Vamos, el jefe te está esperando. 

Toma mis brazos y con fuerzas increíbles me jala para que lo siga. Estos tacones son demasiado altos para mí, y el vestido es demasiado corto. Elliot camina muy rápido, me hace perder el equilibrio algunas veces. No quiero caerme. 

En el camino, encuentro a más chicas; muchas también visten con ropas diminutas y sus rostros se ven pálidos y llenos de tristeza. Entiendo. Aquí prostituyen a las chicas. Ay, Dios, esto es horrible. 

Elliot se detiene en seco. Me estrello contra él, ya que venía distraída mirando hacía todas partes. 

-Ten cuidado –Podría pensar que está molesto, pero su voz no lo delata. – Aquí está. 

Me señala una puerta de madera color rojizo. ¿Se supone que ahí adentro está ‘el jefe’? 

Elliot pone una mano en mi espalda y me da un leve empujón. 

-Vamos. Muévete. 

Él abre la puerta y entra primero que yo. Parece que habla con alguien. Un rato más tarde vuelve a mirarme. Agita su mano para que me acerque. No me queda más remedio que hacerlo. 

-Compórtate –me susurra cuando paso a su lado. 

Me sobresalto al escuchar como azota la puerta, y después de un rato, él ya no está en la habitación. Escucho sólo mi respiración, está algo agitada. Giro la cabeza y veo a un hombre sentado en un gran sillón de cuero. Su cabello es blanco, y sus ojos oscuros. Me aterra y me llena de escalofríos. 

Me quedo petrificada mirándolo. 

-Hola –dice tranquilamente con un cigarrillo en su boca- Uhm… tú eres la famosa ________. 

Me mira de arriba abajo. Se saca el cigarrillo de la boca y lo pone en un cenicero. Recarga su barbilla en los nudillos de su mano derecha. Su mirada me pone completamente incomoda. Me examina.

-Eres hermosa como todos lo dicen. 

¿Todos? ¿Quiénes son todos? 

-¿Qué…quiere usted de mí? –Me sorprendo por mi valor. 

-Oh, preciosa. –Se levanta y se acerca a mí lentamente. No pasa demasiado tiempo cuando ya está casi sobre mí. Su olor a humo de cigarro me marea- No te haré daño. ¿Tienes idea de quien soy?

Agito la cabeza. 

-Mi nombre es Walter. 

¡Oh, Santo cielo! Él es Walter. He escuchado hablar tanto de él y ahora está frente a mí, insinuando hacerme quién sabe qué. 

Lo creía más joven. 

Parece que se da cuenta de mi reacción, entonces, comienza a reír. 

-Puedo leer en tus ojos que habías escuchado antes de mí. Seguro tu padre te contó algo. 

Asiento con algo de miedo. 

-¿Sabes por qué estás aquí, _____? –Agito la cabeza- Primeramente; porque tu padre es muy, muy estúpido. ¿Cómo pudo dejar ir a ese bastardo? –Sé que habla de Josh- Y además, meterte en su mundo. Dejarte estar rodeada de tantos peligros como estos. Vaya padre que tienes. 

-Matt me ama. –le gruño. 

-Si amar se le llama a esto, creo que sí, te ama bastante. –Baja su mirada, puedo jurar que mira mis pechos – Y la segunda razón es porque quiero… divertirme un rato. 

¿Divertirse? Ay, no. 

Me toma fuerte de ambas manos y me lleva hasta el cajón de su escritorio. Lo abre lentamente y saca unas esposas. ¿Qué demonios piensa hacer? 

-Ahora, preciosa; quiero que cierres la boca, porque si gritas tendré que darte muy fuerte con esto –Toma un látigo. ¿De dónde demonios saca todas estas cosas?- Dame tu mano, preciosa. 

Le obedezco y la extiendo. Aprisiona sólo una de mis muñecas y la otra mano la deja libre. Ahora estoy sujeta a un tubo metálico. Walter se aleja de mí para ir en busca de otras cosas. ¿Qué más piensa hacerme? ¿Me encadenará completamente? La idea es abrumadora. No puedo creer que esto me esté pasando a mí. Es terrorífico. Bajo la mirada. 

No lloraré, no lloraré, no lloraré.

Escucho como algo metálico cae al suelo. Vuelvo a alzar la cabeza rápidamente y veo a Walter en aprietos. Alguien los sostiene con por el cuello aplicándole una llave, pero además de eso, le apunta con una pistola en la cabeza. 

-Te mueves, te mueres. –Le advierte. 

Esa voz la conozco. Lo miro fijamente, hasta que por fin logro darme cuenta de quien es. Mi corazón late frenéticamente.

Es Josh.

Negocios Miserables.- Josh Hutcherson & ____________.-MeelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora