XVI. Sostener

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El policía beta disfruta de una tarde libre que roza la perfección, solo falta que llegue su novio para coronar su día. Sonríe con felicidad y nostalgia, está junto a dos de sus amigos en el estudio de su casa compartiendo risas, ideas, creando, Yoongi está con un impulso imparable. Es un alivio para Namjoon que su hyung use la música como canalización, porque si bien nota su entusiasmo y que ríe de sus comunes torpezas y de los comentarios divertidos de Hoseok, su mirada no logra esconder bien los gramos de ansiedad.

Hay signos que lo delatan, como esos blancos dedos con uñas mordidas, también esas cutículas se ven un poco más rosadas, además hay unas pequeñísimas heridas de cueritos arrancados a tirones.

¿Por qué su hyung es tan hermético? Si no lo ahoga a preguntas es debido a que no quiere presionar, Yoongi ya lo hace por su propia cuenta, no necesita que alguien le arroje más peso encima.

Quisiera que fuera el mayor quien compartiera voluntariamente las cargas que lo agobian con él.

—Saben que cuando les di copias de las llaves de mi casa no fue solo para casos de emergencias, también es por si quieren ocupar el estudio —sonríe tranquilo, aprovechando de estirar los largos brazos con pereza.

Cuando sienten que el ambiente está sofocado luego de horas encerrados, deciden salir, Namjoon avisa que Jimin está por llegar, aunque se adelantan de todos modos sacando los botellines de cerveza del refrigerador y poniendo a calentar la comida. El beta suspira con frustración al mirar la mancha grasosa en la manga de su suéter, prefiere remojarla con agua tibia antes que se adhiera más al tejido. Sus amigos reían y resignado va a cambiarse, sacando de su closet una vieja sudadera holgada que no tema ensuciar.

A paso lento avanza por el pasillo doblando hacia la cocina, no quiere interrumpir cuando escucha unos murmullos que toman forma a medida que se acerca. Se encuentra con el tipo de escenas que aprietan su pecho, Yoongi se aferra a Hoseok, no tendrá los sentidos agudos de alfas, omegas y algunos betas menos comunes, pero sabe leer situaciones, captar las señales no verbales. Mira la rigidez de los dedos que estrujan la tela y las arruguitas del rostro que se contrae antes de esconderse en el cuello del bailarín.

—No quería que resultara así —dice bajito con los párpados apretados—, no quería terminar enamorado de ese mocoso.

Hoseok mesa su cabello oscuro con una mano antes de abrazarlo firme, dejando un par de besos cortos en su cuello.

—No tiene que resultar mal —susurra con tono comprensivo.

No resultará bien.

Nam incómodo da otro paso dubitativo, temiendo romper el momento de contención, pero no queriendo sentir que husmea en la conversación. Baja la mirada avergonzado con el calor en las mejillas cuando el par de alfas clavan sus ojos en él.

—No quería interrumpir —avanza hasta Yoongi.

Los dos saben que el beta escuchó. No es como que el alfa azabache quisiera ocultarle la información, pero recién estaba lidiando con ello y asumiéndolo. No quería cargar a su amigo con más preocupaciones absurdas como un bobo romance de oficina.

—Está bien, Nam —se despega del cuerpo de Hobi.

—¿De verdad estás bien? —Namjoon estira su mano y traspasa la barrera del espacio personal apretando suavecito el hombro de su Yoongi.

—Podría estar mejor —se fuerza en mostrar un amago de sonrisa—, estaré bien, no subestimes a tu hyung —adopta una postura erguida y saca pecho, dejando un golpe ligero en el brazo del moreno alto.

Asiente, no muy seguro, pero intentando convencerse, así como Yoongi lo intenta consigo mismo.

—Las brochetas —murmura Hoseok apuntando el horno. Señal que los hace moverse para intentar salvarlas.

Without Sugar [YoonKook/KookGi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora