Without Sugar [YoonKook/KookGi]

XXXI. Construir

Jungkook disfruta de distintos momentos cotidianos, pero uno de sus favoritos es cuando en el tiempo libre Yoongi está cómodamente en el sofá y sus pequeños ojos se centran por completo en las piezas que sus largos dedos pálidos ensamblan prolijamente. A veces tiene la mesita de centro llena de materiales. Hoy solo hay madera y su hyung lija pequeños trozos.

Como se ha convertido en costumbre, se sienta a su lado, lleva su croquera, en otras oportunidades varía con algún libro o un cómic, pero justo siente deseos enormes de dibujar. El alfa azabache voltea a mirar a su compañero y sonríe con cariño, Jungkook devuelve el gesto y se estira para alcanzar su boca, un corto beso para distraerlo.

Yoongi deja la lija y las pequeñas piezas de madera sobre sus muslos, girando un poco para buscar otro beso, lento y suave que llena de calor su vientre. Finaliza con una pequeña caricia justo sobre el lunar bajo el labio inferior.

Cada uno prosigue en silencio con su actividad. Jungkook continúa un dibujo pendiente que lleva rato atascado en su cabeza, esboza usando trazos rápidos, a momentos sostiene el lápiz entre los labios y coge la goma que guarda en el bolsillo del pantalón de buzo para borrar e ir definiendo la bella criatura en el papel. Se distrae al momento que su mayor suelta un ligero y ronco "hum", esos ojos oscuros están fijos en los trocitos de madera y sabe que Yoongi está perdido y divagando en su mundo de ideas.

—¿Qué harás? —pregunta curioso apoyando el mentón sobre su hombro duro.

—Un pequeño comedor a escala, la vecina del piso de arriba me lo encargó para la casa de muñecas de sus nietos —comenta suspirando con cansancio mirando el polvillo en sus pantalones.

Casa de muñecas...le recuerda a algo importante.

—Puedes hacer cosas muy bonitas.

—Supongo que la motricidad fina me acompaña.

—Me gustan tus manos —sujeta una de ellas entre las suyas apoyando sus labios sobre los nudillos y Yoongi se estremece en respuesta—. Eres muy hábil, hyung, sé que podría averiar un montón de cosas con la certeza que las repararás usando estos dedos preciosos —agrega sonriendo un poco más amplio, mostrando los dientes y con arruguitas en los ojos brillantes.

—Mejor no toques nada que puedas romper —se queja con una expresión de falso enfado, boca fruncida como su ceño, ya le basta con las manos torpes de sus demás amigos, especialmente Namjoon.

—¿Ya no podré tocar tu culo?

—Mocoso tonto —deja un golpe sin fuerza en su brazo.

Así como Jungkook lo remecía con cumplidos y gestos dulces, rompía la atmósfera con aquellos comentarios que al final terminaban arrancándole una pequeña sonrisa y además de "mocoso tonto", añadir un "incorregible" antes de tirar del cuello de su ropa para otro beso más largo y con total acceso a su boca.

—Espera un momento —frena apenas se separan para tomar aire. Deja a un lado su libreta de bocetos y coge las piezas de madera junto a la lija para ponerlas en la mesa de centro—. Continuemos —aferra las manos a su cintura y lo insta a situarse entre sus piernas.

Jungkook mantiene una mano sobre la cintura pequeña y la otra se engancha en la nuca, los dedos rascan el cabello negro, empujando para que no pierda más segundos en llegar a su boca ansiosa. Los labios de Yoongi se abren para darle acceso a su lengua, cediendo el control del beso, dejándose devorar. 

Ni siquiera se percata que el lápiz y la goma ruedan por el suelo.

—Un poco más —pide ahogado, tratando de recuperar el oxígeno a cortas inhalaciones, le preocupa más obtener otro de esos besos que lo dejan temblando y en agonía, deshecho en un mar de sensaciones.