XXXII. Curiosidad y un poco de obstinación 2/2

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Jungkook no deja de pensar en los ojos de Yoongi. Tan pequeños y oscuros. En como su pareja ha pasado por una serie de transformaciones, ampliándose cada vez más la forma en que lo conoce, como si cada día encontrara un nuevo adjetivo para definirlo a él y su relación —consciente que las definiciones nunca terminan—.

Su cabeza es un cúmulo de recuerdos, transportado por completo a diversas escenas en que esa mirada profunda le ha hecho temblar, ya sea de rabia o sucumbiendo al placer antes de ser tocado o estremecerse al notar que su mayor le quiere demasiado y sus orbes casi negros destilan cariño.

Intenta apretar los labios y mantener su expresión inmutable para que su cara no delate que está a millas de distancia, atrapando frases puntuales, agarrando solo a momentos el hilo de la conversación. Piensa en Yoongi y en la fantasía que se arma en su cabeza de dos personas adultas con los mismos rasgos de su alfa.

Dos personas que pensarán: "¿así que este es el compañero de nuestro hijo?".

Parpadea y logra conectar cuando Jin muestra la foto de Taehyung, Hoseok y Yeontan. Se convence que en algún momento debieran tener un perrito —o más de uno—, tal vez igual de pequeño que el de sus amigos para que no sufra de estrés en el apartamento. 

Mejor que sean dos e imagina a esos cachorritos peludos sobre la cama, repartiendo lamidas en el rostro malhumorado de Yoongi cuando despierta muy temprano por la mañana.

Nuevamente arranca a kilómetros y tiene que volver a la realidad. 

Seokjin les cuenta en plan de queja que tendrá que trabajar el primer día de celebración del año nuevo lunar, pero también destaca que le pagaran el doble y no puede negarse a una jugosa ganancia.

Jungkook se acuerda de la reciente conversación con Taehyung y el gasto que ha implicado los exámenes y el tratamiento. Su mejor amigo está nervioso ante el procedimiento de embarazo asistido, aunque no sería justo decir que es el único, las ansias carcomen a los tres en casi la misma medida.

También recuerda algo en particular que llamó su atención, muchas veces Tae no tenía filtro para contarle lo que pensaba, por lo mismo terminaba escuchando hasta secretos ajenos —claro, excepto lo bien que guardó la relación entre Hoseok y Yoongi—; el omega hablaba de muchas cosas sin mayor hilo conductor entre los trámites médicos y el viaje de trabajo, aunque de repente comentó: —No sé si es mi idea o Jin hyung me mira como si se sintiera culpable de algo —lo dijo inseguro y confundido, jugando con sus dedos. Luego le restó importancia agregando que eran ideas suyas.

Jungkook intenta leer al mayor del grupo, buscar ese algo que no ve, pero Seokjin solo continúa hablando y gesticulando, llenando la boca con mucha comida. No encuentra nada particularmente llamativo que le dé pistas, supone que no tiene esa habilidad intuitiva tan desarrollada a diferencia de Jimin.

Antes habría dicho que es cosa de omegas, pero Yoongi también tiene una intuición fuerte y una vez le dijo que si no fuera un mocoso egocéntrico podría darse cuenta de muchas cosas —antes, cuando la presencia del otro era un tormento, entonces lo interpretó como un insulto—.

Se pregunta si acaso tendrá que ver con la conversación respecto a Hoseok que tuvieron la noche que lo acompañó a la fiesta.

Al terminar el almuerzo Seokjin apresurado se despide porque va tarde a la academia. Jimin comenta que tomara el autobús, Jungkook no tiene problemas en pasar a dejarlo antes del trabajo. El omega agradece y se sienta en el puesto de copiloto.

El alfa canta bajito el coro de las canciones que le gustan, además la que está sonando los acompañó una tarde de baile improvisado encerrados en la habitación mientras le decía a Yoongi que podría dedicársela y su hyung arrugando el ceño contestaba que era demasiado cursi.

Without Sugar [YoonKook/KookGi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora