Se pregunta en qué punto su pacífica vida se transformó en un mar agitado, volvía a esos tiempos de adolescencia tempestuosa, de hormonas agitadas disparando el deseo a las nubes, a estar expuesto a tantos flancos para que sus expectativas y desilusiones anticipatorias atacaran con fuerza. Naufragaba en sus propias emociones intensas.
Yoongi se siente como una barca pequeñita y la deriva, recibiendo los azotes de las aguas de una extraña relación sin forma. Al principio aturdido, pero con la adrenalina a flor de piel, ansiedad alegre de buscarse hasta en los espacios que no deberían, de tocarse y besarse cada vez que estuviera la oportunidad disponible, por completo hechizado con aquel alfa osado y despreocupado, en constante persecución de la satisfacción, no quería, pero tuvo que frenarlo un poco, sus olores se mezclaban, fácilmente podrían saber quiénes estaban encerrados en la oficina vacía devorándose las bocas hasta la falta de oxígeno —o en el baño, o el vehículo—. Entonces Jungkook comenzó a frenar, al principio pensó que era parte de cómo acomodaban sus tiempos, la intimidad y la "relación" en sí, luego fue cada vez menos, los encuentros se volvieron algo racionado, un par de noches a la semana en alguno de sus apartamentos y si tenía suerte, Jungkook se quedaba o le ofrecía un ladito en su cama.
No necesitó demasiadas señales para entender qué estaba pasando. No era que Jungkook estuviera solo siendo cauteloso bajo la premisa de que si la estación entera supiera de las actividades que realizaban después del trabajo —o en pausas entre tarea y tarea— varios no se lo tomarían exactamente de maravillas, más de alguno cuestionaría la naturaleza sexo-afectiva de un tipo de vínculo que pareciera estar reservada para alfas y omegas, quizá con un beta, ya ha pasado por ello, no quería que su compañero tuviera que enfrentarlo tan pronto.
No era solo precaución, Jungkook estaba aterrado, viendo esos monstruos que todavía no aparecían y guiado por el temor y la fantasía de que los demás lo sabían o lo descubrirían más temprano que tarde, comenzó a limitar todavía más sus encuentros.
Transitó de la rabia a la tristeza. No sabe bien qué hacer. A momentos quiere actuar igual a un crío y pretender como que la distancia no importa, mostrarse firme, tentarlo y decirle "no hoy" para dejarlo con las ganas, que el chiquillo policía lo deseara con la misma intensidad agónica que él lo hace, pero no hay caso, termina rascando su nuca e invitándolo a su apartamento, necesitando su aroma y las caricias bruscas de sus manos inquietas y fuertes.
Jungkook y sus malditas películas de drama. Se ha dado cuenta la forma en que le incomoda que alguien mencione que se llevan mejor o si entrenarán juntos después del trabajo, nada fuera de lo normal, a veces apenas inician una conversación, aparece un compañero y el castaño brinca varios pasos atrás.
No lo dice, pero Yoongi entiende que el alfa más joven se siente expuesto. Así mismo con el tema de sus aromas, no necesita ser especialmente sensible y empático para captar que le molesta llevar su olor a café encima.
—La habitación apesta, nuestros olores son demasiado fuertes, juntos aún peor.
No debería sentirse herido, es obvio, son alfas, sus esencias son fuertes, sirven para marcar territorio, para imponer, son una forma de comunicar, de transmitir el dominio y la agresividad. No están hechas para agradarle a otro de su tipo.
Por desgracia a Yoongi le gustan. Fuertes, que piquen, que lo remecieran por dentro. Le encanta la fragancia ácida del limón y el jengibre.
Lástima que Jeon no pareciera decir lo mismo de la suya y su tonto lobo veía su ego lastimado. "¿Qué esperabas animal torpe?".
Estuvo acumulando hasta llegar al punto que necesitaba expulsarlo. Pensó en Seokjin, su compañero de penas y amores fallidos, recordando su año final de instituto cuando se juntaban a comer, beber y quejarse de sus desafortunadas experiencias. Hablar con él alivió un poco esa sensación que comprimía su garganta. Solo un poco, porque Jungkook lo sacudía con tanta facilidad, un sí o un no de su parte podían hacer una diferencia considerable en su ánimo.
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Without Sugar [YoonKook/KookGi]
FanfictionA Yoongi nunca le atrajo el aroma dulce de los omegas. Afortunadamente -o desafortunadamente- Jungkook no es uno. Seokjin adora lo dulce. Los alfas no son los suficientemente dulces para él. A Jimin no le importa si existe o no un predestinado en al...