Ámbar Lowell (Días antes)
Me encontraba en el instituto donde estudiaba, o al menos eso se supone porque mi vieja y amargada profesora mantenía su absurdo método de aprendizaje que consistía en escribir y memorizar mientras ella tomaba su siesta matutina durante todo el rato que nos impartía la clase, ¿Siesta matutina? ¡Eran las doce y media de la tarde!.
-Ana- llamé un tanto fastidiada a mi mejor amiga- te juro que si continúo escribiendo otro maldito párrafo más mi mano se caerá. ¡La maestra está dormida!- expresé en un susurro mientras la señalaba desde los bancos.
-Deja de quejarte Ám- contestó mi malhumorada amiga- ya sabes que ella siempre es así, y además, si hoy terminamos de copiar lo más pronto posible podremos salir de primeras y nos iremos corriendo al centro comercial por unos vestidos- mencionó lo último en un tono juguetón.
-¿Por vestidos?- pregunté sin saber a qué se refería, casi nunca salíamos de compras y hoy no tenía planes de salir a ninguna parte más que de irme a mi casa y dormir por horas.
-Si idiota- respondió como si fuera la cosa mas obvia, pero en mi cara de confusión le hizo saber que no tenía ni idea de que me hablaba- Ámbar, ¿fiesta, hoy en la noche, casa de Alex y Thomas?
Seguía sin entender ni una sola palabra de lo que me decía está mujer, no sabía a qué se refería con ir a una fiesta o al menos no recordaba nada de ir a una.
-Aah- dije finalmente con el fin de que ya no preguntara- claro, Alex y Thomas.
-¿No sabes de qué hablo verdad?- me miró interrogante y con una ceja alzada sabiendo que ella de tonta tenía muy poco.
-Nop- dije sin más.
-Te lo dije el viernes pasado, que Alex y Thomas planearon una fiesta porque sus padres se fueron de viaje y será una super fiesta, la mejor del año y no podemos perdernosla.
Hablaba con tanta emoción que al final tuve que hacerme la que entendía para lograr que se callara ya que hablaba con ese tono chillón que ella misma sabía que me fastidiaba.
-Okey, si, está bien- dije con el fin de que terminara por cerrar la boca.
-Y me acompañarás por vestidos y tú te comprarás unos porque tienes que estar deslumbrante- mencionó haciendo un ademán de explosión con sus manos.
-Sabes que no me gusta ir al centro comercial y menos a esas plazas repletas de personas- mencioné y volví a mi tarea de copiar y escribir.
-Si no me acompañas te voy a joder hasta que aceptes ir conmigo y sabes que consigo lo que quiero- no le di importancia mínima a sus palabras y seguí en mi labor.
Oh grave error. Estuvo fastidiando cerca de una hora completa para que fuera hasta que finalmente acepte a su petición.
Ambas continuamos con nuestros trabajos y cuando por fin terminamos pudimos irnos más temprano que el resto del grado.
Dejamos el aula y salimos del colegio a toda prisa pues era el último lugar donde queríamos quedarnos a pasar el resto de la tarde.
Una vez que salimos del instituto comenzamos a dirigirnos hacia la plaza comercial que se encontraba no muy lejos así que optamos por ir a pie ya que era un lindo día y además, caminar un poco nos sentaría bastante bien. Tenía una increíble paz en mi, mientras caminaba y respiraba el aroma de los pequeños árboles y flores que crecían de estos, pero mi paz se vio interrumpida cuando Ana comenzó a tirar de mi camisa.
-Ám, ¿Te digo un secreto?- preguntó con un tono de niña pequeña chillona mientras daba pequeños saltos a la vez que caminamos.
-Si me lo dices ya no será un secreto- dije encogiendome de hombros y mi querida amiga puso cara de pocos amigos y parando con los saltos -bien, si quieres decirme entonces solo hazlo y ya-.