Aferrándote a mí

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Tyler se encontraba en su cuarto, ya había logrado el compuesto excepto por una sustancias que aún tenía que obtener por destilado.

Mientras se encontraba absorto en su trabajo sintió de pronto un relámpago de dolor y frío, en el momento en que un cuchillo hecho de plata pura, le atravesaba el hombro.

El moreno volteó para encontrar de frente a la persona que lo había atacado, al tiempo que tomaba el puñal para apartarlo de su cuerpo.

Travis lo miraba con enfado y un toque de incredulidad. Tyler no podía reaccionar, ellos habían sido amigos desde la infancia.

-Esto es una maldita estupidez... -soltó Travis-.

-Lo siento... no puedo ser tu cómplice -respondió el moreno y el castaño comprendía que estaba luchando por la felicidad de Grayson-.

-No te preocupes, te libero para que tú y Gray puedan volver cuando todo acabe.

Pronto a Ty, la vista comenzó a volvérsele borrosa, perdió las fuerzas, y se desvaneció.

Travis apagó el mechero del recipiente donde hervían las raíces y se marchó del mismo modo en que había ingresado. Teletrasportado por el poder de Ghados.

Con una paz enorme, comenzó a preparar el desayuno para Sam y para él.

-Hola, ¿como te sientes?... ¡llegó el gran día!... ¿participarás con nosotros? -le preguntó cuando el Winchester abrió los ojos, inducido por uno de los orcos que acompañaban al jardinero, siendo invisibles para el joven cazador-.

Sam reaccionó de pronto recordando la herida en su cintura pero se sorprendió al encontrarse en perfecto estado como si todo aquello hubiera sido parte de una espantosa pesadilla:

-¿Qué hiciste? -le preguntó entonces con miedo de que hubiera invocado a un demonio.

-El rey de las hadas estuvo aquí.

-¿Le diste tu alma? -exclamó horrorizado-.

-Lo hubiera hecho... -le respondió y al cabo de un silencio agregó- pero no hizo falta, ya que al parecer es tradición de las hadas ayudar a los necesitados en el día de La Madre... hay un lazo de amistad entre Hadas, duendes y humanos... por cierto ya no tendrás que volver a preocuparte por tus recuerdos... es lo que él me dijo...

Sam sintió un alivio indescriptible .

-¿Entonces que dices? ¿quieres venir o mejor prefieres quedarte en casa descansando?

-No he llegado hasta aquí para quedarme descansando -le respondió él sonriente-.

-Imaginé que dirías eso... te preparé un café...

Fueron hasta la cocina y un agradable aroma inundó los sentidos del castaño, producto del café recién hecho.

Sus tazas estaban tapadas con un plato encima para que no se enfriaran. La de Travis tenía un té al que le agregó leche fría, la infusión de Sam estaba envenenada pero por lo fuerte del café no llegaba a percibirse.

-¡Es el mejor café que he probado, de verdad, está muy bueno, me encanta...!-le dijo Sam emocionado luego del segundo sorbo-.

-Sí a mí tambien... sobre todo moler los granos al momento de usarlos lo hace diez mil veces mejor... además esta es una variedad Árabe de los más fuertes y tiene un sabor muy característico...

-Eso definitivamente.

-Me alegra que te esté gustando... los tés que elaboran en tu país también son excelentes, de los mejores del mundo sin ninguna duda.

Perdido en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora