Capítulo O1

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Capítulo O1: Habla sobre cómo JungKook voló mi cabeza.

Llámenme loco. Pero si tuviera que elegir un día específico para morir, probablemente sería el primer día de escuela. No, no, no. No me mal entiendan. Puede que por muy mal que fuera en la mayoría de materias (a excepción de historia), yo amaba el colegio. Absolutamente, me gustaba ir, porque podía pasar tiempo con mis amigos y charlar. Pero, exactamente ese primer día, se convirtió en la pesadilla más temible de mi vida.

    Estaba esperando a JungKook, como de costumbre. Regularmente me siento en el borde de las escaleras de mi portal para esperar a que él salga. Siempre he salido más temprano yo, y es que JungKook tarda horas en arreglarse. Al final siempre termina eligiendo cualquier playera, que no fuera la roja de navidad, y unos pantalones de mezclilla. Ajá. Pues bueno. El punto es que yo estaba sentado, mientras jugaba con la manzana que cumpliría su tarea como desayuno. Lo peor de todo: en el momento exacto en el que JungKook sale de su casa, le veo con esos pantalones de vestir.

    — ¿Vas a ir así a la escuela? —cuestiono desde mi lugar, apuntando con mi dedo índice.

    El muy tonto, mira su atuendo: sus zapatos de vestir negros y bien pulidos, sus pantalones negros de vestir con el corte justo por la mitad (hasta a plancharlos se había dignado, él ni siquiera lavaba su ropa interior) y una playera (al menos) blanca sin ningún dibujo. Vuelve a alzar la vista hacia mí, y asiente.
  
    — Así es, TaeHyung. Iré de esta manera al instituto. ¿Acaso no es correcto?

     Él me espera de pie, así que me levanto de done estoy y me acerco un poco hasta llegar a él. Justo en ese momento me siento enojado. ¡De todos los días de nuestras vidas se le ocurrió hacer su estúpido cambio radical el primer día de clases! Le miro de reojo, con las cejas fruncidas y él también me mira confundido.

    JungKook a veces era muy pesado. El ambiente hasta se siente diferente (quizá por mi mal genio), de todas maneras me abstengo a darle malos comentarios sobre lo ridículo y aseñorado que se ve su atuendo.

    — Buenos días, por cierto.

    — Ajá, ajá —muevo mi mano de lado a lado, restándole importancia—. Buenos días, good morning, buenos dieshon. Lo que sea.
  
   Si hay algo que odio -y JungKook lo sabe muy bien- es que la gente diga "Buenos días". Porque NO TODOS LOS DÍAS SON BUENOS. ¿Estamos de acuerdo con eso? Tampoco me gustan los demás que siguen de eso, ya saben, con la tarde y con la noche. Es mejor que solo saluden con un hola o que se yo. A JungKook se le estaba olvidando todo eso.

    Bueno, mi supuesto "buen día" iba de mal en peor.

    — No logro entender por qué estás tan enfadado —JungKook habla con un tono estúpidamente irritante. Le miro de nuevo y ruedo los ojos—. ¿Te molesta mi presencia?

    Quiero darles entender algo. Las rutinas forman parte de mi vida. No diré que siempre he sido alguien correcto, pero sí rutinario. Ya saben. Llegar a la escuela, sentarme en el lugar de siempre, pasar una hora conversando con JungKook de cualquier cosa. Luego salir a desayunar, él comía si sándwich o lo que sea que le diesen, y yo mi fruta. Después regresábamos a clases; JungKook se ponía a jugar con su celular y yo tomaba apuntes que después le pasaba.

    Y en ese momento, JungKook tomó mi esquema de la primera hora de la mañana, y lo partió en dos. LI-TE-RAL. No tan literal.

Hated Friend » KOOKVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora