Capítulo O3

34.1K 6.1K 3.2K
                                    

Capítulo O3: donde él comenzó a ser más extraño de lo habitual.

Por si fuera poco, el chico realmente tenía un problema conmigo. Ya ni siquiera me esperaba por las mañanas para poder irnos juntos; estaba enojado, y no de una manera común en él. Más bien, estaba enojado como otra persona. En el pasado, incluso si JungKook quisiera matarme, él jamás me hubiese dejado solo o ni siquiera invitarme a comer a su casa. En realidad, durante dos semanas él ni siquiera me miraba, hablaba, o al menos saludaba.

    La cuestión en sí comenzaba a preocuparme. ¿Y si, realmente, ya jamás volviera a hablarme?

    Me senté de nuevo en la banqueta, y miré atentamente a la puerta de mi amigo. Era un sábado aburrido si él no estaba; mis papás habían salido para hacer algo que realmente no me interesaba, pero yo simplemente estaba ahí esperando a alguien que tal vez jamás llegaría. Es lo que, probablemente, más odiaba del nuevo JungKook. Se tomaba todo tan en serio, si le decía algo se enojaba, y si no le decía nada (y en serio que nada) también se enojaba. Era tan predecible e impredecible a la vez.

   Cerré los ojos un momento, ocultando la cabeza entre mis manos y suspirando. Todo eso de verdad estaba alterando. Me mantenía pensando en él como si fuera la cosa más indispensable en mi existir, era como si tuviera exactamente la llave para entrar y salir de mi cabeza cuando se le diera la gana. Ese, en serio, era el único problema que tenía con él. De todas maneras, tarde o temprano me hablaría de nuevo.

    — Disculpa —escuché a JungKook hablar después de poner su mano sobre mi cabello.

   Cuando alcé la vista, me topé con el borde de su mandíbula. Él, miraba hacia el frente, a la vez que estaba de pie recargando la mano sobre mí. No me estaba prestando atención con los ojos, pero sí hablándome. De nuevo lo observé con cuidado: suéter negro, pantalón oscuro, zapatos negros, sus lentes sin aumento, y su cabello peinado hacia abajo. Era tan raro. Pero, increíblemente, esa imagen ya no me molestaba tanto.

    — ¿Dijiste disculpa como disculpa o porque me estás hablando? —solté confundido consiguiendo que él sintiera desde su lugar.

   — Fue una disculpa, Darling.

   — En ese caso, no te disculpo —después de decirle eso, volví a meter la cabeza entre mis brazos, escondiéndome de la fría y tosca realidad, que, por si fuera poco, vestía de negro.

    Pero sabemos que JungKook no es el chico que se va después de recibir un no. Al menos eso se había quedado, aquella insistencia, las ganas de poder conseguir lo que quería. Era una de las cosas que más me agradaba de él. Su manera de correr hacia su cima y no caer de ahí con la movilidad del viento.

    — TaeHyung... Lo lamento en serio —me dice. Puedo sentir cómo se sienta a mi lado, pero aun así no me gustaría verlo a la cara—. Es sólo que me molesta que pienses que he cambiado.

    Que él no aceptara ese tipo de cosas era lo que me molestaba. Realmente no me importaba cómo fuera él, en su ropa, o su actitud. Me molestaba que insistía una y otra vez que era el mismo. No. Las personas cambiaban, era obvio. Era obvio que él en algún momento iba a cambiar.

    Alcé la cara y lo miré de pies a cabeza. Dudé en lo que respondería, sin embargo, terminé por hacerlo.

    — Pero sí has cambiado —solté—. Sólo... Date cuenta. No sé qué sucedió en ese lugar, pero...

    — Darling, mírame. ¿Es porque ahora uso estas ropas? ¿Son los lentes? ¿Mi alimentación, mis palabras? ¿Piensas que eso me hace distinto?

    — No. Nada de eso. Tu ropa no importa. Tu actitud, sí.

    JungKook se remueve por el lugar, con algo de impaciencia. Se lo veía demasiado nervioso. No. Ansioso. Ansioso como cuando esperas de manera exasperada que algo suceda, era el tipo de emoción que el chico emanaba. Podía sentir desde mi lugar aquellos ojos feroces buscando por más al rededor suyo, pero sin encontrar absolutamente nada. La epifanía de su exasperación vagaba sobre mí, y en cierto momento, me harté.

    Me puse de pie, mirándolo fijamente y suspiré con fuerza.

    — Dices que no has cambiado. El JungKook de antes...

    — ¿Y qué si era así antes? —me pregunta casi sin dejarme hablar.

    Por primera vez, me sentí presionado. Tal vez él necesitaba que yo le dijera que tenía a mi apoyo, tal vez no quería hablar del tema. Ciertamente, era difícil poder descifrar de nuevo a ese JungKook. No podía -y me negaba, a entenderlo de la manera indicada. Alguna parte mía se negaba a aceptar que aquel chico que tantas veces resultó ser una de las personas que yo más quería en el mundo, no estaba más.

   En cambio, un chico reservado que ni siquiera podía contarme lo que le sucedía. Se suponía que éramos mejores amigos. Incluso cuando él cambió por completo.

    — ¿Y qué, dices? ¿Te das cuenta de cómo actúas ahora? Eres más cortés, y tienes una manera de hablar tan refinada... Pero, ¿y qué? ¿De qué sirve eso si te la pasas siendo diferente, pretendiendo ser alguien que no eres?

    — Supones que no soy así. ¿Crees que no puedo madurar? ¿Crees que mis gustos no pueden cambiar, al igual que mis sentimientos? Solo estás pensando en tu comodidad, y el cómo te trato o no. ¿Y tú, qué? ¿Has pensado en cómo me siento?

   He querido responderle. Pero hay algo que no me deja. La manera en la que aquellos orbes me observan fijamente con deseos de una pelea. Probablemente era que JungKook simplemente había adquirido una mirada más intimidante, sentía que me juzgaba, que estaba tan ilusionado con mis palabras que en algún instante podría desilusionarlo por completo.

    Él está ahí, viéndome. Solo eso. Como si nuestro alrededor se pausara. Fue ahí donde no pude hacer nada más que emitir un sonido quejoso ante la situación. Me tumbé de inmediato en la acera, y cubrí mi rostro con mis manos.

    — ¿Entonces qué sientes? —le pregunto sin verle, sintiendo su inquietud—. ¿Qué piensas? Dímelo, porque quiero saberlo. Me harta pelear contigo.

    JungKook se sentó a mi lado, sin decir nada, y soltó uno de esos suspiros característicos de él.

    Esperaba una reacción más burlesca. Pero no. Supuse que estaba entendiendo mis sentimientos también. No era por nada. No crean que yo siempre esperaba que JungKook fuese el mismo chico... El problema es que fue un cambio demasiado repentino. Sentía que era como un golpe. Como si alguien nuevo suplantara a mi amigo.

    — TaeHyung, si te soy sincero... No sé lo que siento.

    Alcé la vista, y me encontré con sus ojos. Y aunque creí por un segundo que no era la gran cosa... Había ese algo en su mirada que me decía que en realidad, quien lo estaba confundiendo... Era yo.

Hated Friend » KOOKVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora