Capítulo O7

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Capítulo O7: donde los celos fueron inútiles.

No soy alguien que tienda a sentirse perteneciente a tan solo un grupo, persona o ente. Sin embargo, en ese momento, me sentía bastante confundido con mi manera de ser.

    JungKook estaba recostado en su cama (tendida específicamente con cuidado), leyendo algún libro mientras comía galletas y tomaba su maldito té. Aunque yo comenzaba a acostumbrarme a verlo actuar como un chico inglés (o el intento de ello), me era difícil recapitular los sentimientos que se procreaban dentro mío desde que él me explicó quién era el tipo de la foto.

     En ese momento, las cosas se habían arreglado parcialmente; JungKook me dijo que fuéramos a su casa y estábamos esperando la cena. Al parecer todo estaba bien; o al menos así lo era para él, porque deberíamos recordar que yo, hacía apenas unas horas, estaba cuestionándome a milésimas de segundo si ese chico tan cambiado y poco extrovertido me gustaba.

      — Y...

      — He dicho que no hablaré más del tema, Darling.

     — Pero ni siquiera me explicaste b...

       — Tae, no es para menos, no obstante, no es un momento muy claro para mí. Acabo de aceptar que me gustan los chicos... Y... Solo no... No hagas más preguntas, Darling.

     Y eso que no era la primera vez que intentaba preguntarle. ¿Vieron eso? Claramente él estaba cayéndose en un espacio de nerviosismo, es decir... Lo entendía. Sinceramente, tampoco me había dado cuenta que me podrían gustar los chicos hasta que cierto idiota (ya sabemos quién es) comenzó a actuar de manera extraña.
   
     Entendía que él se sumiera en una nube de confusión y eso. Después de todo, yo también pasé por las fases más estúpidas... ¡En cuestión de pocos días e inclusive horas! No imaginaba cuánto tiempo pudo estar con esos pensamientos en la cabeza.

    Y tampoco es que lo entendiera del todo, ¿ese chico que tanto le gustaba era la causa de sus cambios? ¿Era el porqué de estarme reemplazando? ¿Ahora era a él a quien le marcaba en las noches cuando tenía una pesadilla o un problema que no lo dejara dormir? Que no me joda.

     — Pero... ¿De verdad no quieres hablar ni un poqui-...?

     Él rodó los ojos, cerrando el libro con fuerza y dejando caer sus lentes sobre la cama. Lo observé desde su escritorio, en la silla giratoria, con un gesto de enojo porque odiaba que fuese así. Su mal carácter no había desaparecido, yupi.

     — ¡Bien, Darling!

    Además, ¿por qué seguía llamándome de esa manera? Comenzaba a molestarme en serio. Lucía tan especial pero... ¿A caso realmente era especial?

      — ¿Qué quieres saber? ¿Es porque creo que soy gay? ¿A caso es porque soy un raro? Vas a dejar de ser mi amigo por esto... ¿No? ¡Suelta las preguntas, me tienes con el pendiente!

     — JungKook, ¿por qué estás tan asustado por ser "gay" o lo que sea? —le pregunté recargando mis codos sobre los respaldos—. ¿Realmente importa si te gustan las chicas o los chicos?

      — ¿Es que eso no es raro?

      — ¿Quieres saber algo? —me recargué en mis muslos antes de alzar las cejas y mis manos por unos segundos—. ¡A nadie le importa! Ni siquiera a mí que soy tu mejor amigo. A tus padres tampoco.

     Supuse que era la manera correcta en la que debía él lidiar con eso. Estaba haciéndose un lío. Siendo sincero, esas preguntas y miedos realmente no fueron tan profundos en mí —aunque yo no había aceptado que era gay o bisexual, o lo que fuese, para empezar, yo ni siquiera podía aceptar si JungKook realmente me gustaba. Es más, ni siquiera quería pensar en eso.

    De todas maneras, las cosas que él me estaba diciendo no eran de mi incumbencia. Yo quería saber sobre el objetivo, el tipo de la academia del demonio, el de la foto. Quería saber a qué problema me estaba enfrentando.

      — Eso significa... ¿Me vas a seguir queriendo?

       — Tonto —suelto enojado—. Yo siempre... —abrí los ojos por completo antes de terminar la frase—. Sabes que sí, JungKook.

      Entonces...

     A mi mejor amigo le gustaba un chico... Y no soy yo. Quiero decir, él me confundía. Primero me decía que yo era lindo, y que siempre actuaba tierno mientras íbamos en el metro, y también se acercaba a mí y me hacía pensar que el problemático era yo. Me decía que no sabía lo que estaba sintiendo mirándome de esa manera tan... Me confundía. Hacía que mi cabeza sobre-trabajara... Y después, me decía que le gustaba alguien más.

      — Ya que dejamos en claro que el ser gay o bi no es un problema... ¿Me vas a decir algo del chico?

       — Provocas que me avergüence, darling.

      Aparte de eso, me estuvo evadiendo por un tiempo. Dejaba de hablarme y no sólo me reemplazaba como su único ser para prestar atención, sino que también me reemplazaba en su círculo social.

      — ¿Cómo se llama? ¿Por qué te gusta? ¿Lo volverás a ver?... Oh, no había pensado bien en eso.

     Y después de todo eso estaba yo...

     Yo, el confundido y un tanto celoso porque me estaban reemplazando, y además amenazaban con quitarme el puesto de mejor amigo y además, creía que me gustaba alguien a quien por cierto le gustaba alguien más.

     Y yo... ¡Yo estaba ayudando a la persona que me gusta para que estuviera con alguien más!

       — Se llama San.

       — ¿San?

       — San.

      — ¿SAN?

      — ¡Sí, es lo que dije! San.

      Realmente intentaba verle el lado positivo a todo eso. ¡Vamos! Yo pronto superaría mi fase intermitente y JungKook iba a estar junto con ese tal San.

      — ¿Y es por él todo este alboroto del té y los lentes, y el darling y eso?

       — No es de esa manera. San se encontró ahí por mucho tiempo. Él era muy centrado, y correcto. Comencé a verlo como una figura a seguir.

     A veces se me olvidaba que había un JungKook extrovertido dentro de toda aquella facha de chiquillo inglés.

      — Entiendo —le dije tranquilamente.

      La sinceridad era algo que resultaba ser de mi agrado. Pero me era difícil tenerla en la cúspide de mis valores. Más bien, yo era sincero a mi conveniencia, y aunque en ese momento le sonreía a JungKook, yo estaba sintiéndome un completo desastre.

      — Me agradó ese estilo inglés. Y me junté con él para adaptarlo. Entonces, observé esa determinación constante, y que siempre intentaba hacerme mejor persona... Entonces sólo pasó y él me gustó.

     Inútiles. Celos estúpidos que te hacen sentir tan mal, y son completamente inolvidables.





Hated Friend » KOOKVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora