Capítulo 3O

25.8K 4.4K 5.3K
                                    

Capítulo 3O

Soy un experto en repetir errores. A pesar de liberar todo lo que quise, y sentirme tan feliz por darme cuenta de todo, de nuevo al estar enfrente de JungKook, me quedaba en blanco. Él estaba tranquilamente de pie a mi lado, mirando su celular. En un inicio, intentó actuar normal. Pero yo no pude hacerlo. Incluso cuando palmeó mi hombro dos veces, como siempre lo hacía, yo di un salto hacia atrás y lo miré con horror.

      ¿Has mirado a alguien preguntándote por qué esa persona está en tu vida? Llevaba un tiempo mirando a JungKook mientras ese cuestionamiento me me invadía. Suerte, destino, un caballo, una rana verde, las cosas de la vida, casualidad.

     — TaeHyung, ¿qué estamos esperando?

      No importaba de todas maneras, estábamos ahí, eso era todo.

     — Estoy pensando en cómo esto puede dejar de ser tan incómodo.

     Él me miró un segundo, rodando los ojos como queriendo restar importancia. No entendía su capacidad para evadir un tema así. Es como poner la basura debajo de la cama cuando el recogedor ya no podía juntarla bien. Él y yo teníamos un problema, ¿suponía que iba a ocultarlo de mientras?

       Sin pensarlo mucho, él colocó su brazo en mi hombro, aunque yo me alejé un poco notoriamente incómodo.

     — Vayamos a casa entonces, no tiene sentido estar de pie así

     — Sigue siendo incómodo.

     — Hace días te pedí hablarlo —menciona suavemente—. Dijiste que era muy pronto, ¿no?

      Bueno... Digamos que JungKook no podía reclamarme en ningún sentido eso. Quedamos en que las cosas serían iguales, pero, ¿cómo pueden ser iguales? Ni en el más vago intento de fingir resultaría. Además, él ni siquiera había aclarado absolutamente nada con el señor Perfecta Manipulación, prácticamente, esa chispa con la que él tanto me había jodido, seguía ahí.

   Él estaba "centrado" con San, y eso no cambiaba. Lo cual me parecía una estupidez, si me lo preguntan, porque no sólo era yo la razón para quizá detener eso. El tipo era una máquina de egoísmo, imparable, y sobretodo obvia, detrás de esa cara de niño bonito era un ser malévolo. Yo repetía errores, al menos estaba consciente de eso. ¿JungKook? No había peor ceguera que no querer mirar.

     — ¡JungKook!

     Maravilloso si hubiese sido mi grito. No lo era. Pasé los ojos al chico a mi lado, que de inmediato dio media vuelta sobre sus galones, yo también lo hice. Entonces mis ojos captaron aquella lúcida ilustración del demonio, uno de sus tantos eslabones perdidos en la tierra: San sonreía altanero y satisfecho con quien sabe qué, mirándonos fijamente, pretendiendo saber lo que en mi cabeza yacía (claro que algo de rencor hacia él).

       JungKook dio unos pasos lejos de mí, quitando su brazo de mis hombros hasta estar a algunos metros de San. Yo me mantuve quieto, pensando en nada más que un intenso dolor que subsistía muy al fondo de mi alma. Antes pudo pasar desapercibido, en ese entonces era apenas notorio. Toqué mi pecho sin pensarlo antes de prestar atención a lo que pasaba.

      — ¿Qué sucede, San? —preguntó JungKook tranquilamente.

      — ¿Qué sucede? Oh, claro —dijo mientras usaba un tono ofendido—. Hoy dijiste que íbamos a salir.

      No sé si ustedes se hayan sentido como estúpidos alguna vez.

     Bueno, en caso de que sí, compartíamos el mismo mal sentimiento. Peor de lo que alguien pudiese imaginar. No sólo me sentía un tonto por creer que las cosas de verdad saldrían de maravilla, también lo era porque... Es decir, ¿por qué pensé estar por encima de ese chico? ¿Por qué me creía tan importante?

Hated Friend » KOOKVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora