TONTOS [TaeKook/VKook]

[26]

—¿Aún sigues molesta, Mamá? —Preguntó Jungkook antes de meterse una cucharada de cereal a la boca. —Ya dije que lo sentía, no me di cuenta de la hora...

—Y te creo, pero no sabes cuan preocupada estaba —Dijo seria.

—Lo sé, y también lo siento por eso... —Habló decaído.

—Bueno ¿Y qué me dices de él? ¿No fui clara al decir que no te separaras de Hoseok?

—¿Te refieres a Tae?—La Sra. Jeon asintió y Jungkook no hacía más que pensar en una explicación que sonara creíble. —Bueno, pasaron muchas cosas, además había una película que quería ver y Taehyung sólo me invitó a pasar el rato, así fue como terminamos yendo al cine...

—¿Con él? —Alzó una ceja. —Por lo general vas al cine con Hoseok... ¿Pasó algo? ¿Están peleados?

—No no —Tragó saliva. Se le olvidaba lo observadora que era su madre. —Hobi y yo estamos bien, pero él tenía cosas que hacer y no quise molestarlo —Sonrió nervioso. —Así fue como pasé todo el día con él...

—Bueno, más le vale a ese jovencito que no sea grosero con mi hijo —Limpió los restos de comida de su boca. —Sigue sin agradarme

—Él ha me ha tratado mejor que bien... —Jungkook no pudo evitar sonrojarse. —Pero no noto que estés tan molesta

—Admitió la culpa, aunque no era del todo cierto, ya es un paso

—Él recientemente ha cambiado... —Soltó una rosita dulce. La Sra. Jeon miraba curiosa a su hijo.

—Te veo muy contento, debería castigarte —Bromeó recogiendo su plato. —Platiquemos más por la noche, voy tarde —Tomó su bolso y se acercó al menor. —Te amo, ve con cuidado al instituto

—Sí, tú también —Sonrió. —Te amo, de verdad lo siento...

La mujer le dió un dulce beso en la frente y salió a toda prisa. Jungkook se dedicó a desayunar, una tras otra cucharada terminaban en su boca hasta caer por su garganta y aún así ese constante cosquilleo en su estómago no cesaba. Sabía que estaba a un par de horas de encontrarse con el culpable.  Aún no creía todo lo acontecido, pero era obvio que estaba tremendamente feliz. Dejó su plato a medio comer y miró el reloj un segundo, notó que aún tenía tiempo para una ducha.

Se tomó su tiempo en el baño, era algo estúpido, pero había sido más meticuloso y al salir de este de inmediato se colocó la ropa, cuando secaba su cabellera con una larga toalla, sintió un tremendo pánico al ver la hora. El tiempo que usó en la ducha fue demasiado, tenía que correr para llegar a tiempo al instituto.

El tráfico, lo atestado que estaba el autobús y, aunque era un hecho que llegaría tarde, todavía mantenía esa emoción de encontrarse con el castaño.

Cuando por fin llegó, su pensamientos se esfumaron, los pasillos se encontraban totalmente vacíos, no había ni un alma en ellos. Todos ya estaban en clases. Se quedó parado un par de segundos frente la puerta de su clase pensando en una excusa, pero sobre todo estaba teniendo, de nuevo, un leve pánico por la cantidad de atención que tendría.

—H-hola, profesor —Llamó a la puerta al mismo tiempo que la abría. —¿Puedo entrar? —Preguntó tratando de ignorar al resto de sus compañeros.

—Entra, no sueles llegar tarde, por esta vez lo dejaré pasar

—Sí, gracias...

Miró de reojo a Hoseok quién sólo le sonrió dulce. Aún pensaba si decirle o no lo que había pasado con el castaño, pero no sabía si tendría consecuencias. Y era mejor mantenerse callado por el momento. Dejó de pensar en ello y dirigió toda su atención a la clase mientras tomaba asiento.