Capítulo 7

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  Y otra vuelta.

  Abro los ojos con frustración mientras me siento en la cama. Presiento que hoy no es el día de "Vamos a molestar a Kora", porque si alguien lo hace va a salir muy mal.

  Todo empezó por la noche, cuando empecé a escuchar a alguien murmurar y a tirar cosas. Me levanté angustiada y salí al pasillo a mirar, pero entonces vi que la puerta de Snake se cerraba. El borracho. Suspire cansada y me dirigí al baño porque me entraron unas ganas enormes de orinar, y entonces lo vi. Esa enorme mancha rojiza oscura en mis bragas.

  Desde entonces llevo dando vueltas porque cada vez que me baja la regla tengo peor humor y me cuesta dormir, además de unos dolores increíbles.

  Me levanto y me dirijo al baño a ducharme. Cuando me estoy vistiendo empiezo a escuchar mucho ajetreo en la planta baja. Seguramente Jake habrá roto algo.

  Cuando ya tengo puesta la ropa interior, instintivamente, camino hacia la ventana. Corro las cortinas, algo emocionada, pero al mirar hacia el destartalado coche el ánimo desaparece. No hay nadie.

  Niego con la cabeza sacándome esos pensamientos de la mente y corro las cortinas.

-¿Pero por qué estoy pensando en esa culebra?- murmuro.

  Solo le conozco desde hace cinco días y ya le odio, pero como esta para comer pan y repetir, estoy empezando a pensar en él de una forma en la que no debo cuando la única manera en la que debo pensar en él es colgado de un árbol. Preferiblemente en el manzano de mi abuelo.

  Camino hacia el armario para coger la ropa.

-¡Kora!- el grito de mi madre hace que salte del susto además de un pequeño grito.

-¡Mama!- grito asustada escondiéndome detrás de la puerta del armario -¡¿Se puede saber qué haces?! ¡¿No sabes llamar a la puerta?!

-Sí sé- responde entre risas mientras se adentra en la habitación –Pero qué más da. Te he cambiado los pañales y te he visto desnuda miles de veces, qué más da otra vez si...

-¡Mama!- le interrumpo avergonzada.

  ¿Cómo puede hablar de eso tan tranquila? Mientras ella se sienta en la cama y ríe yo intento tapar mi cuerpo semidesnudo con la puerta del armario, roja como un tomate.

-Pero que pasa...- responde riéndose –No te sientas rara por hablar de tu cuerpo, es...

-No, mama- la corto firme pero con vergüenza –Una cosa es que YO SOLA quiera hablar de mi cuerpo y otra muy distinta que tú hables de mi cuerpo como si fuese algo que hiciésemos todos los días.

-¿Qué pasa aquí?- pregunta mi abuelo entrando en la habitación y sentándose al lado de mi madre.

  ¿Pero qué narices?

-Aquí tu nieta- me señala cansada –que no quiere que la vea desnuda.

  Mi abuelo se ríe –Pero hija, si a ti nunca te ha dado vergüenza hablar de tu cuerpo ni enseñarlo. –mira a la puerta y grita -¡Rose, ven un momento!

  Y en tan solo tres segundos mi abuela aparece por la puerta limpiándose las manos con un trapo, se sienta al lado de mi abuelo y nos mira confundidos.

-¿Qué ocurre aquí?- pregunta confusa y de repente entra un muy bien vestido Jake y se sienta en las piernas de mama.

-Que tu nieta le dar vergüenza ir desnuda por la casa-

  Mi abuela empieza a reírse -¿En serio? Pero si de pequeña corrías por toda la casa desnuda y no querías vestirte nunca. ¿Te acuerdas Carl?

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