Capítulo 26

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                                                                                    Maratón 2/2

Me ayudan a sentarme en la silla de ruedas y la enfermera me empuja hacia la puerta de la sala de radiografías, donde me espera el doctor. Me hago una coleta baja para que el pelo no me moleste.

-Bueno, pues ya esta todo Kora- asiento sonriente mientras apunta cosas en su libreta -Voy a rellenar el papeleo y ahora iré a tu habitación a hablar con tu familia.

-¿Qué? ¿Ya están aquí?- pregunto algo asustada mientras vamos por el pasillo hacia mi habitación. Ríe y asiente.

-Llegaron justo cuando te llevamos a la sala de radiografías- me aclara. -Por cierto, sigo sin entender como os hicisteis todo eso.

-Ya lo dije- hablo nerviosa -Estábamos yendo al centro comercial para arreglar mi móvil y apareció un conejo de la nada, y para no atropellarlo, Snake giró su coche hacia el bosque pero perdió el control del volante y nos estrellamos contra el árbol.

-Ya. Bueno, hasta dentro de unos minutos- se despide y continua por otro pasillo.

En cambio a mi la enfermera me acerca más a mi destino final. A la habitación 243. Cuando quedan menos de dos metros para acercarnos a la puerta, pongo los frenos en la silla y casi me caigo de la silla, pero creo que la enfermera se ha clavado las manillas de la silla.

-Lo siento- me disculpo sintiendo el dolor que ella me esta mostrando con su cara.

-Niñata del...- susurra pero automáticamente se pone recta y sonríe -No pasa nada, tesoro.

Me asusto al instante pero enseguida me doy cuenta de que está mirando a alguien que esta enfrente de mí, pero que estoy ignorando. Sonrío con temor y me voy girando lentamente hasta que hago contacto visual con: mi madre, mi abuela, mi abuelo, Jake y Ben. Espera, ¿que hace Ben aquí?

-¿Que está pasando aquí?- inquiere mi madre modo: No vas a salir de tu cuarto hasta que no te vea crecer las canas.

-Nada, que esta señorita cree que soy su tesoro,- me giro hacia ella -pero yo soy el tesoro de mi mami- me giro hacia ella ahora y sonrío inocentemente -A que sí, mami.

-Ni mami, ni nada. A dentro ahora- me ordena señalando mi habitación.

-Sí, señora- murmuro cabizbaja y arrastro mi silla hasta mi habitación.

Con ayuda de Ben y mi madre, soy capaz de subirme a la cama, porque la enfermera se ha ido sin decir nada. Dejo mi pie vendado sobre el almohadón que hay y me acomodo e la cama para recibir todas las críticas. Cojo mi botella de agua y empieza la función:

-¡Eres una inconsciente! ¡Llevaba toda la noche llamando a comisaría preocupada por vosotros!- grita mi madre.

-Me alegro de que esteís bien pero, ¡os habéis cargado mi coche!- grita mi abuelo.

-¡Seguro que no te habrás llevado ni una chaqueta para la noche!- grita mi abuela, sin sentido alguno.

-No la llevé porque no tenía previsto que...- Jake me interrumpe.

-¡Seguro que ni siquiera te has preocupado del pobre conejo!- "¡Estaba inconsciente!", quiero gritar, pero me lo callo.

-Hola, ¿que tal estas?- saluda Ben algo asustado por mi familia.

-Bien, gracias por ser el único en preguntar- digo ignorando las miradas ofendidas de mi familia. -¿Por qué no vais a darle el coñazo a Snake?

-Por que ya lo hemos hecho- dice Jake con una sonrisa.

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