¿Es posible tener pesadillas sin dormir? Sí, es posible. Aunque no sé si son pesadillas o recuerdos. Recuerdos que desearía que nunca hubiesen pasado.
-¡A matado a King!- gritó uno de sus guardaespaldas.
Lo único que podía hacer era observar el cadáver de King mientra repetía en mi cabeza las últimas palabras que había dicho en un susurro y, creo, que fui la única en entenderlas. El arma que acabó con su vida y mi inocencia se cayó de mi mano, la cuál no paraba de temblar.
-Kora...- susurró Snake, sorprendido y asustado -No...
Lágrimas empezaron a caer rápidamente de mis ojos. No escuchaba nada más que el disparo que atravesó el pecho de King, que se repetía en mi cabeza. No veía nada más que su cuerpo inerte en el suelo boca abajo, ni cuando sus guardas empezaron a correr hacia nosotros. No sentí nada, ni cuando Snake me cogió de la mano para huir hacia la verja y poder saltarla.
-¡Kora, corre!- gritaba mientras tiraba de mí por el pequeño camino que nos llevaría al coche donde nos esperaría Brooke y Lukas.
No sabía si estaba corriendo o andando o que hacía, solo podía recordar la escena que hizo que me convirtiese en un monstruo. Maté a un hombre. Daba igual si era un mafioso, un asesino, un capullo, un hijo de puta..., lo que fuese: el era un hombre con una familia. Era un hombre y nadie debe decidir si alguien debe vivir o morir. Era lo peor, sí, pero yo soy peor que él. Y yo fui la que acabó con su vida. No tendrá la oportunidad de cambiar a mejor porque yo fui la que acabé con él.
-¿Qué ha pasado?- salí de mi ensimismamiento cuando Brooke habló. Estábamos dentro del coche, ya en marcha -¿Por qué Kora está tan pálida? ¡Contesta de una puta vez Snake!
-Brooke, céntrate en la carretera, por favor- pidió Lukas en el asiento del copiloto, intentando calmarla -Casi chocamos con ese coche.
-Soy una asesina- susurre casi sin poder respirar.
-¿Qué?
-¿Qué ha pasado, tío?
-No lo eres- respondió al fin Snake, a mi lado -Ha sido un accidente. En defensa propia, para salvarme.- me cogió de la mano pero yo la aparté al instante -Me has salvado la vida, Kora, gracias. Nunca te lo podré recompensar.
-He. Matado. A. Una. Persona- murmuré entre dientes, sintiendo asco hacia mi misma -Da igual si apuntaba a su pierna y di en su pecho, da igual si fue para protegerte. He matado a una persona. A un ser humano...- empecé a hiperventilar.
No escuché nada de mi alrededor, veía borroso, tenía temblores. Oía a lo lejos a Brooke gritar, veía a lo lejos a Lukas mirarme asustado, sentía a lo lejos a Snake agarrarme de la mano. Snake puso sus manos en mis mejillas y me obligó a mirarle. Unas pocas lágrimas salía de sus ojos, respiraba agitadamente.
-Me has salvado la vida, Kora- susurró a pocos centímetros de mi cara -No estarás en peligro. Yo te protegeré. Te ayudaré.
Estaba llorando. Yo. Él. Brooke y Lukas. Todos. No podía más.
-Tú me has convertido en esto, Hero Fiennes Tiffin- susurré para que solo pudiera escucharlo él.
-No...- gimoteaba el llorando -Kora, no. Yo te...
Ya no aguante nada más. Me desmayé.
Por desgracia, a mí no me ha tocado ser una de esas personas que, en un momento de dolor y desesperación, lo olvidan todo al despertase. Lo recuerdo todo, y no quiero. Cuando me desperté de mi desmayo estaba tumbada en mi cama. Eran las cinco de la mañana. Al principio no recordé mucho, por eso intenté dormir un poco, pero entonces todos los recuerdos llegaron.
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SNAKE
Teen Fiction-¿Y tú quién eres?- pregunto mirándole de nuevo a la cara. Este sonríe burlonamente mostrándome sus dientes perfectos -Un demonio, enana. Elevo una ceja y decido ser algo espontanea, algo inusual en mí. Algo que sienta genial. -Pues estás muy bueno...