Mi despertador suena, por suerte sin ninguna canción, y me pongo en pie rápidamente ya que si acabo antes, antes me volveré a la cama. Abro las cortinas pero es inútil ya que el sol esta todavía saliendo y ni siquiera alumbra mi habitación. Cojo la ropa que tenía colocada en una silla desde anoche y me la pongo. Consiste en un pantalón corto para así no manchar ropa, unas botas marrones y una camisa de tirantes roja. Hace mucho calor.
Antes de irme me miro al espejo y niego con la cabeza.
-Esto es inhumano- susurro agotada.
Salgo y cierro la puerta sin tener el menor cuidado posible. Si despierto a alguien que se joda, a mí tampoco me gusta madrugar y lo tengo que hacer.
Bajo las escaleras con desgana y casi me caigo en el último escalón por bajarlo con los ojos cerrados. Me sujeto asustada en la barandilla y calmo mi respiración. Esto es mortal. ¡Pero si ni el puto gallo que me amarga todas las mañanas se a levantado!
Voy hacia la cocina y veo una nota amarilla pegada a la encimera. La cojo y la leo.
-Buenos días- ha escrito mi madre -Aun no me he despertado porque estoy disfrutando de mi cama, pero vosotros deberéis de hacer lo siguiente: Echar pienso a los animales, cambiar la paja, lavar un poco a los animales y coger los huevos de la gallina. Adiós muy buenas.
Bufo cabreada y dejo la nota donde estaba. Cojo un tazón, leche y cereales y me dispongo a comer en un taburete mirando a los azulejos. Siento como a cada bocado mi cabeza se escurre más y más hacia el tazón de leche. ¿Que muerte más absurda, no? Por un tazón de leche.
Consigo despejarme cuando escucho un portazo en la parte de arriba y un gruñido bajando las escaleras. Ya despertó mi Bella Durmiente. Entra en la cocina mientras se pone una camisa negra de Queen y, sin mirarme, va a por café. No sé que es lo que menos me gusta: admitir que esta muy bueno o que lleve una camiseta con mi grupo favorito. Coge la nota, la lee y la tira a la encimera hecha una pelota.
-Buenos días bella dama- saludo con burla mientras como otra cucharada.
Escucho como gruñe y me río, pero no internamente. Yo, a lo grande, como mis ganas de dormir y mis lorcitas.
-Acabemos ya con esto por hoy- murmura con la voz ronca, de recién levantado, y mientras camina hacia la puerta me roba mi cuenco de cereales.
Oigo como cierra la puerta mientras miro a los azulejos con la mirada pérdida. Ruedo los ojos y niego con la cabeza.
-¿Para que estallar?- me pregunto a mi misma -Demasiado temprano.
Camino hacia la puerta y cuando salgo cerrándola detrás de mí, veo mi taza sobre la vaya del porche. Bajo las escaleras del porche y me dirijo hacia la izquierda, donde esta la granja. De camino veo el coche con el que llegamos sin motor, que tristeza de coche.
Me coloco al lado de Snake, que mira el interior de la granja, y le analizo. ¿En serio va a trabajar con pantalones vaqueros ajustados? Que fuerza de voluntad tiene que tener.
-¿Cuando vas a terminar de arreglar nuestro coche?
-Cuando me den las piezas del motor que me falta- responde sin mirarme -Tu cambia la paja y recoge los huevos. Yo haré lo demás.
Y sin tiempo para poder contestar se va y me deja sola mientras veo como coge un cubo y va echando comida. No me voy a quejar porque el tiene que lavar a los animales, incluyendo las partes bajas. Suspiro y camino a por una cesta que hay colgada en la pared. Entro en el gallinero y rezo.
-Hola chicas- intento hablar con tranquilidad -Solo será un momento.
Las gallinas están tranquilas en sus sitios soltando plumas y el gallo estará fuera tocando los cojones. Todo el mundo sabe que tengo miedo a los pájaros, y también incluye a las gallinas. Camino de puntillas y sin hacer ruido y en menos de cinco minutos y con ayuda del pienso consigo llevar todos los huevos posibles. Finalmente consigo salir de ese lugar infernal lleno de plumas y dejo las cesta en el suelo. Mientras me estiro intento buscar a Snake, pero no aparece. Salgo fuera para ir al tractor y poder transportar la paja con, antes de salir, escucho una conversación que esta manteniendo Snake con alguien a través del teléfono.
-Te he dicho mil veces que no me llames- habla agitadamente -Si quieres contactar conmigo llama a Milo.
¿Perdón? ¿Ha dicho Milo? Pero si me dijo que no tenía casi relación con él. ¿Por qué solo en Milo? ¿Con quién habla? Me asomo un poco y se me queda la garganta seca.
Esta de espalda sin ninguna camisa y con el cuerpo chorreando por culpa de la esponja y el cubo lleno de agua que tiene al lado. Mientras baña al caballo que tiene delante los músculos de su espalda se contrae y los de sus brazos se marcan más. Tiene el pelo mojado y despeinado que le hace parecer más salvaje.
Vuelvo a mi posición rápidamente pero esta vez con la boca seca, mucho calor y con la respiración entrecortada. ¡¿Pero esto que es?! ¡Me quieren matar!
-¿Qué?- continua hablando -Te he dicho que no puedo ir... Porque Kora me está vigilando... ¿Seguro?... Vale, esta noche iré... ¡No sé! Por la noche, cuando pueda.
Y no se le vuelve a escuchar hablar. Sonrío y pienso: Brooke, esta noche va a ser muy productiva.
Salgo de mi "escondite" y camino como los abuelitos que hacen deporte en el parque con la cabeza agachada, intentando evitar su mirada de confusión. ¿Ha sido muy obvio? Cuando llego al tractor, trago saliva al ver tal monstruosidad. ¿En serio tengo que conducir esto?
Rezo sin saber rezar y me subo al arma mortal con ruedas. Cuando estoy sentada y miro todos los botones y palancas desearía haber hecho caso en las clases de conducción vial, porque así más o menos sabría de que va esto. Suspiro y asiento segura.
-A por ello- intento auto convencerme -Eres inteligente y seguramente que si voy a un kilometro por hora no pasará nada. Se valiente...- murmuro mientras meto la llave, muevo la palanca a un lado y piso el embrague.
Sin esperarlo, el tractor sale disparado hacia la nada grito desesperada mientras giro el volante de un lado a otro.
-¡Soy valiente, no una suicida!- grito despavorida -¡¡Snake!!
Grito para que me ayude. Quito el pie del pedal pero el cacharro sigue avanzando muy rápido. Miro hacia abajo y veo como el pedal se ha atascado solo, sin nada. Cambio la palanca y empiezo a darle pisotones al pedal, pero nada. Cambio al otro pero no funciona. Miro al frente y veo un bloque de paja a punto de ser destrozada por mí y mi tractor.
-¡Snake, ayúdame por tu vida!- grito asustada -¡Te has comido mis cereales, me la debes! ¡¡Ayuda!!
Empiezo a dar botones al azar pero solo consigo que la parte de adelante se mueva arriba y abajo, y que los palos del parabrisas se muevan. Doy volantazos y miro hacia atrás, Snake está montado en el caballo que galopa velozmente hacia mí.
-¡¡Ayuda!!-
Se acerca un poco más y mira la parte de conducir.
-¡Pisa el freno!- grita y le miro como si estuviera diciendolo de broma.
-¡Eso ya lo he hecho y no ha funcionado!- grito.
Se asoma un poco más mientras el caballo da todo lo que puede en esta carrera y señala un botón.
-¡Pisa el freno a la vez que das al botón amarillo! ¡Hay que hacer eso cuando se atranca!- grita.
Asiento y hago lo que dice. El tractor empieza a frenar. Cuando lo hace completamente, suspiro aliviada y cierro los ojos, sin creerme que siga viva. Miro a mi lado mientras Snake hace que el caballo frene y se para.
-Casi no lo cuento... Gracias- dijo intentando respirar.
Rueda los ojos y asiente.
-De nada- antes de irse me mira divertido -Pero ibas a 10 km/h. No tenías que ser tan exagerada.
Se ríe y se va dejándome estática en mi sitio. ¿En serio? Pues en mi mente parecía que estaba en una película, en un coche a doscientos kilómetros por hora.
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¡YA SOMOS 1K DE LEÍDAS!!! ¡FELICIDADES! Estaré menos activa por las vacaciones pero intentaré colgar a menudo porque... ¡se acerca la chicha buena!
Xao!
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SNAKE
Teen Fiction-¿Y tú quién eres?- pregunto mirándole de nuevo a la cara. Este sonríe burlonamente mostrándome sus dientes perfectos -Un demonio, enana. Elevo una ceja y decido ser algo espontanea, algo inusual en mí. Algo que sienta genial. -Pues estás muy bueno...