Observo a través de mis dedos como Caroline intenta escapar de la gran telaraña que a creado su madre falsa, la que tiene ojos de botones, y como intenta correr mientras una mano huesuda la persigue para, posiblemente, matarla. Mientras la mujer se va haciendo más grande y peligrosa más me voy escondiendo yo dentro de las sabanas. Está apunto de atraparla cuando la puerta de mi habitación se abre y la luz se enciende.
-¡No me cosas los ojos por favor! ¡No tengo la culpa de que Coraline sea tan imbécil!- grito muy asustada haciéndome un bunker con las sábanas y las almohadas.
Espero a que la mano coja mis tobillos pero no pasa, sin embargo oigo la voz que no quería escuchar.
-¿Que dices? ¿Te has vuelto loca?- pregunta como si fuera una niña desde la puerta.
Asomo un poco la cabeza y me relajo al ver que no es la madre de Coraline, pero me tenso al saber quién es.
-Me has asustado, capullo- suspiro sentándome en la cama algo más relajada.
Se adentra a la habitación, sin mi permiso, y mira el portátil que está encima de la mesa donde la película continúa. La para y me mira confundido.
-¿En serio tienes miedo a está película?- se burla señalando el ordenador -Pero si es de niños.
-No es de niños- me defiendo -Que sea de animación no quiere decir que sea para niños. Además, es de Tim Burton. Eso ya tiene que darte miedo.
-Aguanto bien las películas de miedo, no como tú- camina hacia fuera de la habitación cuando de repente corre hacia mi y me agarra de los tobillos -¡Vengo a por ti Coraline!- grita fingiendo ser la madre y yo sin poder evitarlo, empiezo a chillar asustada.
-¡Suéltame, por favor!- grito tirando del cabecero de la cama -¡Snake, para!
-Ven a casa Kora y deja que cosa esos lindos ojos- sigue tirando de mí con esa maldita voz.
-¡Snake, para!- grito muy asustada y finalmente me suelta.
Corro hacia el principio de la cama y pongo las almohadas sobre mis tobillos. Cuando veo que ya estoy lo suficiente segura miro muy cabreada a Snake, que ríe silenciosamente admirando mi bunker. Pienso en lanzarle una almohada, pero entonces me quedaría desprotegida.
-¿Qué narices quieres, Snake? Hoy, al parecer, te has levantado un poquito toca ovarios- escupo con asco.
Se mete las manos en los bolsillos y empieza a caminar marcha atrás hacia la puerta.
-Tu madre nos ha llamado a los dos. Quiere que bajemos ahora- va a salir por la puerta pero al ver que no he movido ni un dedo, se para y me mira confundido -¿Vas ha venir hoy o mañana?
-Yo de aquí no salgo- trago saliva -Ahora mismo temo más a la madre de Coraline que a mi madre. Adiós.
-¿Sabes lo que te hará tu madre sino vas, verdad?- pregunta y me fijo en las serpientes de sus brazos. ¿Por qué?
-Sí lo sé- hablo -Pero también se lo que me hará si la madre de Coraline me coge de los tobillos y me cose los ojos. Por culpa de Tim Burton no he podido comprar nunca muñecas. Ni las Lalaloopsy.
Suspira cansado y camina hasta mí, se sienta a los pies de la cama y me mira de reojo. Yo solo le observo como si me estuviese dando un abrazo sin ninguna trampa.
-¿Que haces?- pregunto confundida.
-Quiero saber lo que nos tiene que decir tu madre, a los dos, y después irme a hacer mis cosas y viendo que no vas a tocar el suelo por tus paranoias. Así que sube a mi espalda y vámonos.- ordena haciendo un gesto con la mano para que vaya.
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SNAKE
Teen Fiction-¿Y tú quién eres?- pregunto mirándole de nuevo a la cara. Este sonríe burlonamente mostrándome sus dientes perfectos -Un demonio, enana. Elevo una ceja y decido ser algo espontanea, algo inusual en mí. Algo que sienta genial. -Pues estás muy bueno...