Capítulo 1; Cena elegante manchada de rojo

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El señor Ang continuo diciendo:

—Bueno, pónganse cómodos y tomen una llave, —comento el señor Ang a los estudiantes—hay once habitaciones en total, por lo que cada uno tendrá una habitación individual. ¡Oh!—exclamo el señor Ang—y como es la primera cena tienen que asistir elegantes.

— ¿Y los otros huéspedes?—Pregunto Camila Campbell

—No hay otros huéspedes—respondió cortésmente el señor Ang—son solo ustedes.

— ¿Por qué?—inquirió Shanaia Últim

—Digamos que fue un acuerdo entre el instituto y yo como financiador del viaje. Pero basta de charlas, vayan y pónganse cómodos, nos vemos a la hora de la cena.

Todos tomaron sus maletas y subieron por la gran escalera que llevaba al segundo piso donde se encontraban las habitaciones.

—Hay algo en el que me parece raro—Comentó Oliver—reconozco a un mentiroso cuando lo veo

—Claro, porque eres uno, y profesional—Respondió Gerard.

—Ándate con cuidado conmigo Gerard, no te recomendaría tenerme en tu contra.

En el primer piso había un largo pasillo con diez habitaciones, cinco de cada lado. Todos se pusieron frente a sus respectivas habitaciones

—Jesús, —susurro Shanaia— ¿Algo de esto no te parece un poco raro?

— ¿Lo dices por Oliver?—Dijo Jesús Sckellington

—No... es un mal presentimiento que me da todo esto.

—No te preocupes, todo saldrá bien, de todos modos es solo una semana—intento tranquilizar Jesús a su mejor amiga—pero si necesitas algo no dudes en venir, literalmente estoy a tu lado.

—Sí, ya vi, estas en la habitación 8.

—Bueno vamos a cambiarnos y ponernos presentables para la cena.

—Si, por cierto ¿a qué hora es?

—No se... dame un momento ¡Aneli!

Aneli salió de la habitación numero 5 un poco desconcertada por el grito

— ¿Qué? ¿Paso algo? —respondió Aneli Millán

— ¿A qué hora es la cena?

—A ver...Si son las 9:30pm... En media hora

—Ah, okey gracias, se te quiere.

—Bueno—dijo Jesús dirigiéndose a Shanaia—en media hora nos vemos.

—okey.

Todos los estudiantes se cambiaron y se pusieron ropa elegante para la cena, las chicas vestían largos vestidos y los chicos lindos trajes, todo muy elegante. Shanaia salido de su habitación vestida con un vestido rosa pálido y se dirigió a la habitación de al lado. Toco la puerta suavemente. Luego de unos segundos Jesús salió con un una camisa blanca con toques dorados, esto hacia juego con su cabello rojo. Shanaia inspecciono el aspecto de Jesús detenidamente y noto que su camisa estaba mal abotonada, como era de costumbre. Esta no pensó y arreglo la camisa de su amigo.

— ¿Cómo es posible que siempre te abotones mal la camisa?—Shanaia reprochó.

—No sé, lo hago sin pensar.

—Ash ¿Qué harías tu sin mí?

—iría con la camisa mal abotonada por la vida—Jesús respondió juguetonamente despeinando el cabello negro y corto de Shanaia.

Diez versos para morirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora