Capítulo 7; Delátame y su sangre será la siguiente

69 12 31
                                    

Todos tomaron asiento en la mesa redonda tipo tribunal con tres asientos vacíos. Todos se encontraban sumamente alarmados. Pero a la vez actuaban tranquilos. Querían aparentar calma durante la tormenta. Todos duraron unos segundos en ponerse un poco cómodos y en eso Santiago Guzmán rompió el silencio diciendo:

—Necesitamos salir de aquí lo antes posible—Dijo expresando su preocupación.

—Eso es obvio—Respondió Ruby Lancaster—Pero el problema es ¿Cómo? No podemos salir. Todas las puertas están cerradas. Las rejas electrificadas. No podemos salir.

Entrando a la conversación Jesús Sckellington dijo:

—Si podemos salir—Todos fijaron su atención en el— si apagamos el generador de luz que está en el sótano. Se apagara todo y las puertas quedaran abiertas

—Si, pero olvidan el pequeño detalle de que no sabemos dónde estamos—Dijo Shanaia Últim.

Camila aporto diciendo:

—Eso no es lo importante... ósea si lo es. Pero podemos caminar en línea recta siguiendo la carretera. El problema es Gerard ¿Cómo lo llevaremos? Está totalmente dormido y aparte por sus heridas no es buena idea moverlo.

—Podemos dejarlo y luego volver por el—propuso Ruby

—Claro, con un asesino suelto. ¿Por qué no te quedas tú?—le respondió Aneli Guzmán

— ¿Y si nos quedamos unas cuatro personas con él y las demás salen en busca de ayuda?— Dijo Jesús

—No creo que sea buena idea separarnos—Comento Camila.

Aneli se levantó de la mesa y se encamino hacia la cocina. Esto llamo la atención de todos y Ruby no dudo en preguntarle:

— ¿A dónde crees que vas? ¿Acaso no ves que estamos resolviendo una crisis?

Volteándose en dirección a Ruby, Aneli respondió:

—Sí, pero por todas las emociones y cosas que me han pasado hoy. Necesito tomar un poco de agua para mantener la calma y mantenerme cuerda. Así que si me disculpa, ya vuelvo.

Aneli se retiró.

—Necesitamos soluciones—Dijo Santiago.

—Obviamente—Respondió Shanaia— Pero no hay mucho que podamos hacer ¿O sí?

—Claro que sí. Podemos buscar a la persona que ha estado haciendo esto. Y hacerlo pagar—expuso Santiago

— ¿Y qué tal si no  es una persona y son mas? —Pregunto Jesús— o qué tal si es una persona pero es uno de nosotros, como propuso Gerard ayer

— ¿En serio estas dudando de uno de nosotros?—inquirió Camila

— ¿Y por qué no? Todos hemos hecho cosas sospechosas, y no tenemos buena reputación de amistad entre nosotros—Jesús dirigió su mirada levemente hacia Shanaia—No hay pruebas de que todos seamos inocentes. Todos Absolutamente todos, hemos tenido momentos de soledad donde pudimos escabullirnos de los demás y asesinar al señor Ang, Oliver y Kevin.

— ¿Estas queriendo dar a entender que todos somos culpables menos tú?—Le propuso indignada Shanaia a su ex mejor amigo.

—No, de hecho, yo puedo ser tan culpable como ustedes. No obstante yo sé que no lo soy. Pero gracias al solipsismo. —Explico el chico pelirrojo de ojos verdes a sus compañeros— Solo nosotros sabemos que somos inocentes y no los demás. Dadas las tensiones hay varias cosas que tenemos que hacer y medidas que tomar, sino queremos que este maniático nos mate de la misma forma que ese estúpido poema.

Diez versos para morirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora