Shanaia Últim se encontraba sentada en el piso junto al cuerpo sin vida de Jesús, había parado de llorar, solamente estaba ahí, sentada, triste. Gerard se había ido a sentar en el sillón donde anteriormente estaban. Ella no había querido apartarse de ahí.
Gerard aunque no lloraba lágrimas brotaban por sus ojos y resbalaban por sus mejillas, parecía estar en estado de shock.
— ¿Qué deberíamos hacer ahora?—Pregunto Shanaia mirando a Gerard pero estaba de espaldas a ella. No hubo respuesta. — ¿Gerard? —insistió Shanaia.
—Creo, que es momento de aceptarlo—Al fin respondió— Vamos a morir. No hay otra cosa que hacer, podríamos morir ahora, mañana o en una semana. Ya no hay nada. Aquí acaba todo.
—Debería haber algo, no creo que tengamos que morir así —La voz de Shanaia era quebradiza.
Gerard suspiro.
—Tal vez si hay algo que podamos hacer—Sugirió el chico
— ¿Qué?
—Es mejor que no lo sepas, ahora necesito que vayas a mi habitación ese sería el último lugar donde pensarían que estas y que te encierres, no salgas por nada del mundo a menos que solo escuches mi voz diciéndote la siguiente clave—Gerard hizo que Shanaia se acercara al sillón y luego susurro una palabra en su oído.
—Claro que no te dejare aquí solo, te asesinarían. —Protesto la chica
—Nos asesinaran aquí o allá arriba, o en el comedor, o en la piscina. Solo prolongaríamos lo inevitable. ¿Quieres vivir? Confía en mí.
—No Gerard, me niego a dejarte aquí solo, tiene que haber una forma en que salgamos de esto juntos—Insistió
—Ya te dije no-la-hay. Solo estamos perdiendo tiempo. Vete por favor.
—No es no Gerard.
— ¡Que te vayas de una puta vez!—Grito el chico estallando en lágrimas— ¡A Jesús le hubiese gustado que te protegiera!
— ¡Y también le hubiera querido que te mantuviera a salvo!—Shanaia también empezó a llorar a la par que la gran pantalla se encendió.
Asco, me empalagan, los dos llorando por él, como si fuese sido la gran cosa. Para su información me está impidiendo hacer el trabajo de matarlos al simple hecho de estar ahí. No porque no pueda matarlos a los dos, sino porque su cuerpo está ahí. ¿Podrían aunque sea romper la figura de zorro? Me molesta tal imperfección.
-S.D
Shanaia impotente se acercó a la mesa, rompió la figura del zorro y la lanzo violentamente contra la gran pantalla. Esta se rompió, todavía era visible pero la pantalla estaba astillada.
No debiste hacer eso
-S.D
De la cocina empezaron a hacerse sonidos extraños, se oyó como caían cosas, y se rompían platos y unas grandes pisadas.
— ¡Shanaia Sube!—Grito Gerard sin levantarse del sillón
— ¡No, tenemos que subir los dos!—Siguió la chica terca.
— ¡Entiende, mi momento ya llego! ¿Quieres vivir? Pues sube, te aseguro que esto no acabara así, ahora ¡Hazlo!
Shanaia no tenía muchas opciones, pero creyó, creyó en Gerard y subió las escaleras corriendo y entro al cuarto del chico. Tan rápido como pudo uso una estantería que estaba cerca y la uso para cerrar la puerta. Se sintió un poco aliviada pero luego volteo, al ver lo que había en la cama quedo confundida y asqueada. En la cama se encontraban las fotos de sus compañeros muertos en orden. Parecían extrañas, quizás la chica se atrevería a decir que frescas. El Sr Ang con su cara arañada y sus ojos abiertos, el cuerpo de Oliver con la cara desfigurada, el cuerpo destripado de Kevin, Aneli con su boca manchada de sangre, Mariana con su cara un tanto pálida y su cuello abierto, Santiago con la soga alrededor de su cuello y su cara casi morada, Ruby con una bala en la cabeza y Camila tirada en el suelo con un charco de sangre alrededor que salía de su cabeza. Pero había algo en todas estas fotos que tenían en común, el fondo. No habían sido tomadas en lugar donde habían muerto, en el fondo se notaba un tipo de suelo diferente, y todas habían sido tomadas en la misma habitación. Todas estaban ordenadas de derecha a izquierda en el orden en que habían muerto y por la parte de atrás tenían escrito: S.D—para el Sr Ang—Mapache, —Oliver—Lobo, —Kevin—Gato, —Aneli—Serpiente, —Mariana—León—Santiago—Ave, —Ruby—Perro,—Camila. Las fotos estaban en un orden extraño parecían faltar dos fotos para acabar la secuencia. En los espacios vacíos había el nombre de los animales con un par de iniciarles—Zorro, J.S. Delfín, S.Ú. Elefante— en ese momento una idea cruzo la cabeza de Shanaia "Gerard, no está y no se encuentran sus iniciales" Pensó la chica. De pronto un montón de ideas cruzaron la mente de Shanaia
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Diez versos para morir
Misterio / SuspensoLuego de ganar una extraña beca para ir a una isla en cuba, un grupo de diez estudiantes tienen que hacer una escala en Gran Bretaña, donde se encuentra el principal fundador y financiador del viaje. Al llegar al hotel donde se hospedaran, son bien...