4 años después...
🔈clic en la multimedia
Estacioné mi Mustang azul frente al patio de la escuela, donde todo mundo estacionaba su coche. Sentí todas las miradas de la gente admirando mi nueva adquisición. Lo apague y me guarde las llaves en mi chamarra. Puse una de mis botas en el piso para poder salir del coche y cuando salí hice un movimiento con la cabeza para que mi pelo, reluciente por la cera que había logrado crecer después de raparme en el internado, se acomodara y posterior a eso me acomode los lentes de sol para evitar que se resbalaran por mi tabique. Me metí una paleta a la boca y cerré la puerta del Mustang. Me acomode mi chamarra Starter de Adidas, me colgué la mochila en un hombro y comencé mi trayectoria hacia adentro. Me había acostumbrado a las miradas seductoras de las chicas junto con la envidia de los chicos. Extrañamente todos me abrieron el paso mientras sus cabezas seguían mis pasos. Yo solamente sonreía a mi alrededor y pasaba con estilo. Hace siglos que no pisaba esta escuela, no me creerán, pero se sentía bien estar de vuelta en casa.
Iba tranquilamente caminando por el pasillo cuando sentí que alguien me jalaba de la mochila con todas sus fuerzas.
—¿Por que carajos no me dijiste que ibas a volver hoy?— dijo Ronnie con su voz masculina.
—¡Hey!— dije dándole un saludo con mi puño. Me guarde los lentes de sol y escupí mi paleta.
—Vaya, ese internado militar te sentó de maravilla. Hasta yo podría decir que estás hecho un galán.— rio dándome unos golpes en la espalda.
—Ya ves.— dije sonriendo dejando ver los hoyuelos en mis mejillas.
—¿Algún lunar nuevo?— dijo burlándose de mi rutina matutina.
—De hecho, si.— Me reí por la coincidencia y le enseñe el lunar que me había salido en el cuello.
—Mira.— observó detenidamente mi lunar y agarró la cadena que colgaba cerca de él.
—Hasta placa te dieron ¿eh?— dije jalándola, haciendo que me ahorcase un poco. La jale de nuevo y la guarde.
—Vamos, no tenemos toda la mañana.— le di un golpe en la espalda ahora ejercitada y ancha del pequeño Ronnie. Estaba hecho todo un hombre.
Habían pasado 4 años... 4 años en donde conocí a gente nueva y enfrenté la pubertad yo solo, ya saben, gallos al hablar, torpeza, desproporción en mi rostro, cambios corporales y todo eso. Mejore exponencialmente mis calificaciones y mi modo de vida. Ahora era mucho más disciplinado y ordenado. También pude aprender a llevarme con la gente sin ser un bichi extraño ni perder mi estilo personal. Todo había llegado a un balance perfecto en mi vida. Tenia casi todo lo que había deseado, solamente me faltaba algo... más bien alguien. Rosanna Galvestone.
(Pausa la canción)
De pronto me salto su imagen a mi mente. ¿Como sera ella ahora? ¿Seguirá en la escuela? ¿Estará igual de hermosa que siempre? Tal vez ya tiene novio...
—Hey Ronnie— llame a Ronnie tragándome el pedazo de sándwich clandestino que había metido a clase.
—Mande— dijo volteando discretamente. El profesor nos miró y disimulamos poner atención. Después Ronnie volvió a voltear y yo solo moví mis labios.
—"Rosanna"— dije sin hablar.
—"Oh si"— dijo igualmente moviendo sus labios haciendo una seña con su mano. Después de clase me contaría.
Me quede mordiendo mi pluma toda la clase, viendo como las manecillas se movían lentamente frente a mi. Me había olvidado de lo aburridas que eran en esta escuela. En el internado no tenía que voltear a ver otro lado para no morir del aburrimiento, cada maestro sabía como atraer la atención de todos los, incluso el más distraído.
Mis pensamientos fueron interrumpidos por el timbre de la campana. Agarre mis cosas lo más rápido que pude y salí junto con Ronnie. Note unas cuantos miradas interesadas en Ronnie por parte de las chicas. Ronnie había cambiado, y había cambiado para bien. Ahora su pelo iba peonado hacia atrás con la cera que su papá le daba cada que salía de la ciudad. Había clara evidencia de que se había estado ejercitando un poco todo este tiempo y su estilo había mejorado, como el mío.
El tiempo nos había venido bien a ambos, ya no éramos los perdedores que todo mundo rechazaba y que eran fáciles de tirar por las escaleras. En mi caso, ya me sentía todo un hombre. Estaba contento con mis cambios y el estilo de vida que llevaba ahora. Me gusta el nuevo reflejo que veo en el espejo en las mañanas. Apenas tenia 18 años, por lo que me faltaba toda una vida por delante, y eso me emocionaba, era lo que me levantaba de la cama diario.
—¿Qué comes ahora?— dijo Ronnie viendo como escogía mi comida.
—La misma porqueria— dije sirviéndome un puño entero de papas a la francesa. Ronnie resoplo y se sirvió lo mismo que yo.
Nos sentamos él y yo en una mesa. Normalmente nos hubiéramos quedado solos, como si tuviéramos un imán repulsor alrededor de nosotros. Pero esta vez fue diferente.. muuuy diferente a las demás.
—Hola chicos— dijo Olivia, una de las porristas del equipo de americano. Era la única que no se sentía superior a todos los estudiantes de la preparatoria, a pesar de que pertenecía a la élite de estudiantes junto con Bernard, podía convivir con todos los tipos de alumnos. Ronnie y yo nos volteamos a ver extrañados aún con la comida en la boca.
—No es que no queramos que estés aquí, todo lo contrario, nos alegra que estes aquí frente a nosotros pero... ¿por qué?— dijo Ronnie tragando lo más rápido.
—¿Acaso una chica tan linda como yo no puede sentarse con chicos tan lindos como ustedes?— dijo levantando ambas cejas, metiéndose una zanahoria a la boca.
Yo solamente entrecerré los ojos y sonreí. No sabía lo que sucedía, ¿acaso la gente se había vuelto loca? Pero en unos pocos minutos supe que Ronnie y yo habíamos cambiado y la opinión de los demás también. Me sentía orgulloso de ello.
—Y dime, señorita.- dije con un tono seductor. —¿Tus amigas no vendrán?
—Mis amigas, tienen entrenamiento.— dijo con una leve sonrisa.
Olivia era bastante atractiva, era de tes morena, ojos cafés y una sonrisa blanca y derecha. La podrías ver a diez metros de distancia. Buena suerte que es porrista, así puede aprovechar su dentadura perfecta. Ronnie alguna vez me compartió sus pensamientos hacia ella, no sé si seguía sintiendo lo mismo o si ese sentimiento se había incrementado. Pero por lo visto, las manos temblorosas, sonrisa nerviosa y piernas cruzadas, podía notar que Ronnie aún sentía algo por ella, aunque esta fuera la primera vez que ella lo notara.
—¿Qué harán el sábado?— dijo volteando a ver su comida.
—Depende.— dije orgulloso
—Habrá una fiesta, en casa de Bernard.— comenzaba a jugar con otra de sus zanahorias.
—Pues.— volteé a ver a Ronnie y el asintió discretamente.
—Veremos. Gracias por la invitación.— dije metiéndome una papa a la boca. Olivia se paró y se llevó su charola de comida. Cuando estuvo lo suficientemente lejos Ronnie refunfuñó.
—¿Por que sonaste tan inaccesible? Como si tuvieras algo que hacer.— rodo los ojos.
—Si haces creer a la gente que tienes otros planes pero aún así considerarás la invitación, los haces sentir especiales, Ronnie.— dije alzando las cejas en busca de respuesta. Ronnie solamente hizo una mueca.
—Buen punto.
—Por mientras hazla creer que estarás ocupado, ¿si? No vayas a sonar desesperado y accesible solo porque ella lo dice.- dije amenazándolo y el asintió.
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ROSANNA (en pausa)
RomanceUna historia situada en los 80's. Brooke Anders es un niño común y corriente de la secundaria J. Werner School en Detroit. Con tan solo una amistad, trata de sobrevivir día a día a los comentarios de los demás bravucones de su escuela. Además de no...