Una historia situada en los 80's.
Brooke Anders es un niño común y corriente de la secundaria J. Werner School en Detroit. Con tan solo una amistad, trata de sobrevivir día a día a los comentarios de los demás bravucones de su escuela. Además de no...
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Llego la hora de la salida y no podía estar más feliz. Le dije a Ronnie si quería ir a comer a mi casa y aceptó. Salimos de la escuela y nos dirigimos a mi coche.
—No puede ser... ¿ese es el coche del que me habías contado?— dijo acariciando el cofre con sus dedos. —Es hermoso.— prosiguió.
—Qué te digo, es de las pocas cosas de las que puedo estar orgulloso. Aunque me costo todos mi ahorros desde que tenia 8 años y más, pero valió la pena.
—Ya lo creo.
🔈 (clic en multimedia desde el minuto 1:00)
Nos subimos al Mustang y arranque mientras Ronnie examinaba el interior. Prendí el radio y sonaba la canción de "Living On a Prayer" de Bon Jovi, una de mis favoritas así que le subí al volumen a todo y nos fuimos.
—¿Quién lo hubiera pensado?— dijo Ronnie de pronto.
—¿Pensado qué?— dije sin despegar mi vista del camino.
—Que al fin tengo un chofer personal.— negué mi cabeza mientras reíamos los dos.
—¿Y quién dijo que sería tu nuevo chofer?
—¿Entonces qué propósito tendría tu coche Brooke? Por favor.— resopló sarcásticamente. Yo solamente asentí.
Se acercaba la mejor parte de la canción así que baje ambas ventanas para poder cantarla a todo pulmón. Cuando sonó el coro Ronnie y yo lo cantamos lo más fuerte que pudimos.
—¡Ooh! We're half way theere, ooh ooh living on a prayer!— cantamos al unísono. Ronnie sacó la cabeza por la ventana mientras bailaba con la canción. Yo solamente reí al verlo tan extasiado. Terminó el coro de la canción y se volvió a meter al coche riendo.
(Pausa la canción)
—Como me encanta esa canción.— dijo resoplando y acomodándose el pelo después de que se despeinara con el aire.
—Si... Bon Jovi es un Dios.— dije afirmando.
Cuando llegamos a mi casa noté que el coche de mi mamá no estaba así que teníamos toda la casa para nosotros solos. Estacione mi Mustang y nos bajamos. Salude a Jeff mi vecino de enfrente que siempre estaba sentada en su vieja silla de madera.
—Yo prendo la televisión y conecto el Atari.— dijo Ronnie mientras corría a la sala.
—Y yo pediré la pizza.— grite.
Entre a la cocina y agarre una de las galletas que mi mamá había cocinado. Marque a la pizzería con la galleta en la boca y pedí una pizza de pepperoni, agarre dos Coca Colas y unas frituras para que no muriéramos de hambre mientras esperábamos.
Corrí y me lancé al sillón y suspiré cuando estuve acomodado. Le lance las frituras a Ronnie quien estaba en el piso conectando el Atari.
—Hey, fíjate inepto.— dijo riendo. Abrió la bolsa y agarró dos papas, una se la comió y la otra me la lanzo. Trate de agarrarla con la boca pero falle.
