Un cosquilleo recorría mi estómago esa mañana, tenía el presentimiento de que algo sucedería, algo grande aunque eso no implicaba que sería algo bueno. Inmenso. Por mis venas corría adrenalina, mi corazón acelerado me obligó a levantarme de la cama para prepararme para el día. Mi cabello lacio color castaño, descansaba sobre mi espalda, comencé a cepillarlo frente al tocador hasta que estuve conforme con su forma. Dejé el cepillo sobre la mesa y comencé a revisar uno de los cajones en donde guardaba mis alhajas, me coloqué anillos en la mayoría de mis dedos a excepción de los anulares y unos bellos pendientes de diamantes sobre mis orejas. Busqué mi bata de seda, cubrí mis pies con mis pantuflas y luego bajé hasta el comedor en donde ya estaban esperando Lucius y Narcissa, Draco aún no bajaba.
─Buenos días─ saludé a los presentes y obtuve un buen día por respuesta.
Me senté en una silla frente a la mesa, me serví un poco de capuchino dentro de una taza y tomé una tostada francesa para untar mantequilla, luego le di una mordida. Con una servilleta limpié mi boca por si quedaba algún rastro de un alimento o algo similar, Draco bastante adormilado se sentó frente a mí para servirse una taza de chocolate a la española y tomar unos pequeños bocados dulces de un pequeño postre.
─Bonjour, belle dormeuse─ lo saludé y di otra mordida a mi tostada.
─No puedo «entendeg» de lo que usted me habla─ respondió él con un exagerado acento francés.
─Draco, hay cientos de libros sobre francés ¿no has leído ni uno sólo? Yo sólo llevo aquí un mes y mi nivel es bastante alto─ declaré antes de beber un poco más de mi capuchino.
─Bueno, yo era el único que los había leído. Les he contado a Narcissa y a Draco la belleza del francés pero se niegan a aprender─ se lamentó Lucius.
─Hm, no es un idioma que acabe de cautivarme─ se excusó Narcissa y luego hizo levitar dos cartas que llegaron hasta nuestros lugares─. Casi lo olvido, ya las han enviado desde Hogwarts y creí que ustedes debían abrirlas.
Levanté el sobre y observé por unos segundos el sello de la institución, opté por tomar un abrecartas para poder retirar la lista de materiales y libros que utilizaríamos este año.
─Sólo hay dos nuevos ─comenté leyendo la lista─. Libro reglamentario de hechizos, 5° curso, de Miranda Goshawk, y Teoría de defensa mágica, de Wilbert Slinkhard.
─Me gustaría saber quién ha elegido el libro de Slinkhard ─comentó Lucius. ─Porque eso significa que Dumbledore ha encontrado un nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras.
─Y ya era hora, por cierto ─añadió Narcissa.
─¿Qué quieres decir? ─le preguntó Draco.
─A Dumbledore le estaba costando mucho trabajo encontrar a alguien que estuviera dispuesto a dar esa asignatura este año.
─Lo cual no es de extrañar, teniendo en cuenta lo que les ha pasado a los cuatro anteriores ─apuntó Lucius.
─Uno despedido, uno muerto, uno sin memoria y uno encerrado nueve meses en
un baúl ─contó Draco ayudándose con los dedos─. Sí, ya lo entiendo.Reí ligeramente y continué leyendo la lista pero noté que en el sobre había un pequeño bulto, lo sujeté y de su interior saqué una insignia que en su centro había una P y detrás de ella estaban los colores representantes de Slytherin, Lucius abrió sus ojos con notoria sorpresa y Narcissa dio un enorme respirongo mientras su sonrisa se ensanchaba asombrosamente.
─¡Oh, felicidades mis niños!─ exclamó la mujer de blanca cabellera mientras se levantaba para depositar un beso en la mejilla de cada uno.
─No me asombra que hayan sido escogidos prefectos de sus casas, después de todo sus padres lo han sido─ habló Lucius mientras sujetaba su café─. Y felicidades.
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La Hija de Voldemort (Draco Malfoy y tu)
Fiksi PenggemarLas saluda la escritora de la historia para hacer una pequeñísima aclaración sobre la historia, no me gusta como quedaron los primeros 12 capítulos. Si quieren "entender" algunas cosas, tienen que leerlos todos y espero que entiendan que ANTES tenía...