➋ EL PLACER DEL DOLOR «HS»

•|CAPÍTULO CINCO

Maratón 2/5

[S i n  E d i t a r]

Harry se sentía muy aburrido tanto que juraría que en cualquier momento se quedaría dormido, a cada minuto checaba la hora en su reloj, ese día había tenido una reunión familiar en donde su adorada— nótese el sarcasmo— hermana anunciaba que estaba embarazada, los pocos familiares que habían ido comenzaron a felicitarla mientras él se encontraba cómodamente sentado en el sofá viendo a los hipócritas adulando a Grace.

Realmente estaba feliz por ella pero no podía evitar envidiar ese sentimiento de alegría y emoción que se podía ver en la mirada de su hermana y de Jack, ese estúpido tenía una sonrisa en todo esplendor sin saber que todo podía acabar con un tronar de dedos por parte de Harry, pero no lo haría, no arruinaría la felicidad de su hermana.

Su ceño se frunció al ver ingresar a Daniel junto a la idiota de Abigail, a pesar de que ya habían pasado cinco años él no olvidaba que por culpa de ese par de idiotas todo se había destruido con Clare, así que digamos que la relación entre ellos no mejoraba.

—¡Felicidades!, sé que serás una grandiosa madre— escuchó decir a Abigail.

— hipócrita— susurró para si mismo, Harry realmente odiaba a la ex amiga de Su...de Clare.

—¿Qué tanto susurras?— Harry se giró para ver a su padre.

— Nada importante, padre.

—¿Estás seguro?— inquirió— tú madre está preocupada...

— no tiene porque estarlo— interrumpió.

— Harry, eres nuestro hijo y por supuesto que nos preocupamos por tí — la sonrisa de su padre se transformó en una triste mientras que Harry sonrió sarcásticamente.

—¿En serio?— preguntó con notable sarcasmo— porque eso no es lo que yo recuerdo.

— hijo...

—no padre, es mejor que no digas más sino quieres que madre se entere de todo— soltó mordazmente.— Oh, pero si ella ya lo sabe— recordó con amargura.

—¿Algún día podrás perdonarme?— la expresión de su padre era tan patética.

— yo no soy el que debe perdonarte— dicho eso, se alejo dirigiéndose hacia la otra parte de la habitación.

Harry no podía creer que su padre formará parte de ese circulo de hipócritas que lo habían rodeado desde que nació, él solía admirar a su padre hasta que un día descubrió que su padre no era ese héroe intachable que creía y lo odio.

La única persona que realmente lo entendió fue ella pero lo había dejado: inconscientemente apretó los puños. Lo abandonó como Clare lo hizo, pero no se quedaría así, no, definitivamente no.

— Hola Harry— saludó Louise, llegando con una copa de champagne en su mano.

— Louise— respondió.—¿Qué haces aquí?— le preguntó en un gruñido.

—¿Qué esperabas?— inquirió con la ceja alzada— Grace es mi amiga así que es obvio que estuviera aquí.

— ¿Es por eso?.

La chica rodó lo ojos y sonrió con chulería.

— vine con la idea de divertirme contigo como hace unos días— se acercó a él sin embargo, Harry se alejó — sabía que reaccionarias así,es por eso que vine también con la idea de divertirme con tu hermano pero al parecer no vendrá.

Harry sonrió: se acomodo su saco y volvió a mirar la hora en su reloj— no, no vendrá.

Cuando llegaron del parque con Eddy completamente dormido pero aferrándose a su única barra de chocolate que tenía— ya que ya se había comido una— Evan la ayudó a llevarlo a su cuarto y a arroparlo.

— muchas gracias— agradeció una vez que Eddy se encontraba acostado cómodamente.

— siempre es un placer— Evan se acercó a Clare y le agarro la mano para poder llevársela a los labios y darle un casto beso— te extrañe.

— yo también— admitió con un leve sonrojó en las mejillas.

Clare lo abrazo por el cuello y poco a poco y sin dejar de verse se fueron acercando hasta unir sus labios, Clare se sentía tan bien en los brazos de Evan pero aún no podía decir que lo amara como lo hizo con Harry, no, porque Harry había sido tan diferente a lo que estaba viviendo con Evan.

Cuando se separaron ambos volvieron a sonreír y decidieron salir de la habitación en silencio. Caminaron hasta llegar a la sala y Evan tomo asiento mientras Clare iba a la cocina para servir algo de tomar.

— Eddy también te extraño, no dejaba de preguntar por tí— comentó, entrando a la sala con dos vasos de jugo— es lo único que tengo.

Evan rió, se levantó del sofá y dejó sobre la mesa de centro el vaso que anteriormente le había entregado Clare.

— sabes que no es problema para mí— le tomo de la mano y ambos se sentaron en el sofá: Clare recargó su cabeza en el hombro de Evan, soltó un suspiro, realmente se sentía tan bien con él.

— Clare, quisiera proponerte algo— comenzó a hablar, Evan, entrelazando su mano con la de ella.

—¿Qué es?— preguntó sin mirarlo y con los ojos cerrados, estaba relajándose.

— me gustaría que vinieran Eddy y tú a conocer a mí familia en New York.