[Melissa en multimedia]
- Llamas a Seguridad y te arrepentirás - lo amenazó al cantinero el hombre de ojos oscuros.
El hombre detrás del mostrador levantó las manos, en señal de que no iba a hacer nada. Raymond maldijo en un susurro.
- ¡Y tú! - continuó el hombre, señalándolo a Raymond - No hagas que lo repita tres veces, esta es la segunda; ¡devuélveme a mi hija! - su voz sonaba el doble de amenazadora que la primera vez.
- Jeff... - susurró la mujer que estaba detrás suyo - ¿Estás seguro de que este muchacho es el indicado? Parece bastante inocente... ¿Qué tal si estamos molestando a un par de jovencitos que no tienen nada que ver con esto?
- Escuche a su señora... - interrumpió Raymond.
- ¡Tú te callas, maldito! - y de su chaqueta sacó una pequeña navaja, le apuntó a mi novio, y el levantó las manos al igual que el cantinero.
- Señor, ¿puede tranquilizarse un poco? - Raymond estaba de lo más calmado.
- ¿Jeff... ? - volvió a preguntar la señora, en espera de una respuesta.
- Estoy seguro, Charlotte. No podré olvidarme de su cara jamás - el rostro de Jeff demostraba una rabia inmensa - ni la de él, ni la de su padre.
Jeff y Charlotte... había escuchado esos nombres antes.
- ¡Dime dónde está! - Jeff agarró a Raymond del cuello de su camisa de nuevo - ¡Dime donde está Jessica!
¿Jessica? Lo primero que se me vino a la cabeza al escuchar ese nombre fue el rostro de mi mejor amiga, pero claro, podía haber más de doscientas Jessicas en Inglaterra. Pero solo por intuición, las palabras que salieron de mi boca fueron:
- ¿Cómo es el apellido de esa tal Jessica que están buscando?
Jeff me miró por primera vez, notando mi presencia.
- Carter. Jessica Carter - suspiró y Charlotte se acercó a acariciarle el brazo derecho.
Miré a Raymond y después me volví hacia ellos nuevamente.
- Mi... mi mejor amiga se llama Jessica Carter - apenas pude decir.
Charlotte extendió el brazo y me entregó una de las tantas hojas A4 impresas que cargaba. Miré la hoja de arriba abajo. Era la foto de Jessica. Mi mejor amiga. Era solo una bebé, pero aún así podía reconocerla. Y ellos... ellos eran Jeff y Charlotte Carter. Ellos eran sus padres. La estaban buscando.
- ¿Es ella tu mejor amiga? - preguntó Jeff, susurrando.
Aunque había un bullicio inmenso, solo podía escuchar las palabras de ese señor que estoy segura que había hecho lo que sea por encontrar a su hijita, y de esa mujer, tan callada, discreta pero segura de sí misma, que lo acompañaba a su marido, en busca de lo mismo. Pero todavía había algo que no cerraba, ¿qué tenía que ver Raymond en todo eso?
Estaba apunto de asentir cuando sentí un fuerte golpe en la cabeza; no podía ver nada pero los gritos y la música seguían ahí. Me encontraba tirada en el frío suelo de piedra.
***
De estar acostada en una textura fría, rugosa y dura, pasé a estar sobre algo caliente, cómodo y suave. Melissa y Collins estaban tratando de despertarme, moviéndome suavemente el brazo.
- Kate, estabas teniendo una pesadilla - comentó Collins.
- ¿Pesadilla? - repetí mientras alcé el brazo para rascarme la cabeza, y apenas me la toqué, sentí algo hinchado y dolía demasiado. Saqué la mano rápidamente.
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Midnight Train to London
Подростковая литератураY aquí estamos nosotras. Tratando de seguir una vida lo más normalmente posible. La verdad es que éste último mes fue... difícil, complicado e inesperado. Cuando recuerdo nuestros meses en Londres, me agarran ganas de sonreír y llorar al mismo tiemp...