29 | Tus insólitas maneras de decir "te amo"

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[Melissa en multimedia]

Melissa POV

- ¿Qué hora es? - pregunté, fregándome los brazos para calentarlos.

- Una de la mañana - dijo Raymond, después de mirar su muñeca.

- ¿Y si entramos? Me hace frío. Ya estuvimos aquí como por media hora - reí y Raymond me imitó.

- De acuerdo - mi hermano me abrazó por los hombros y entramos.

Adentro estaba más caliente, y eso nos agradó a los dos; afuera estaba helado. Al ir al comedor, sólo nos encontramos con la mesa sin levantar y los platos sucios de nuestros amigos, pero ellos no se encontraban ahí.

- Quizá estén afuera - me dijo.

- ¿Se van tan temprano?

- Yo si, por lo menos. No sé si Will querrá irse también. Tengo que levantarme temprano para hacer un par de cosas.

- ¿Qué cosas?

- Sólo cosas. Ya verás - él rió y fuimos hasta la puerta principal. Ellos estaban conversando. Yo me quedé apoyada en el marco de la puerta mientras Raymond se alejaba y se unía a la charla de los otros. Isaac y Jessica salieron por la puerta, haciendo que yo me hiciera a un lado. Detuve a Jessica, dándole un abrazo que no permitiera que se fuera.

- Jess, quédate. Vuelve a casa, aquí es donde te necesitan.

- Oh, Mel - ella rió, refregándome la espalda - no lo sé. Tengo que pensarlo. Acabo de mudarme, y con Isaac me siento bien. Me siento... protegida.

- Pero duraste menos de dos semanas en esta casa, además es la casa de tus sueños; tienes la habitación que siempre quisiste, acomodada a tu gusto y placer - la agarré de los hombros y la miré. A todo esto, Isaac estaba escuchando toda nuestra conversación - por lo menos dime que vas a pensarlo. Kate y Collins te extrañan también.

- Está bien. Lo pensaré.

- Genial - esbocé una sonrisa.

- Pero... si solo prometes tratar mejor a Isaac. Ni siquiera te estoy pidiendo que te hagas mejor amiga de él, sólo que evites tratarlo como... ¿cómo decirlo? Basura.

Yo lo miré y enarqué las cejas en señal de desprecio; la sonrisa desapareció de mi rostro al instante. Él esbozó una de sus mejores sonrisas y se frotó las manos, sabiendo que eso iba a ser un verdadero desafío para mí. Generalmente, no trataba así a cualquier persona. Sólo era (y sigo siendo) muy, muy, muy resentida y odiaba a cualquiera que hiciera o había hecho sufrir a mis amigas o a cualquiera que fuera muy cercano mío. Uno de mis defectos, puedo admitir. En este caso, yo amaba la pareja de Edward y Jessica, mis dos mejores amigos, pero desde que Isaac apareció, esa pareja se cayó a pedazos. Admitamos que Rebecca no era la culpable de todo. Los dos habían cometido un error, pero ninguno de los dos quería admitirlo y volver a estar juntos, lo que hubiera sido lo ideal, fin del problema. Para colmo, notaba que para ninguno de los dos era fácil y ellos se seguían queriendo. A Edward le había pegado fuerte lo que ocurrió entre su hermano y su ex novia, pero sabía que si hablaba con Jessica, no me escucharía, ya que los celos y el orgullo son más fuertes que ella. No me molesté en decirle ni una sola palabra. También me pareció horrible de parte de su propio hermano que le hiciera eso sabiendo que Edward sufre, aunque se hiciera de la vista gorda. Así que se habían roto varios lazos desde que Isaac apareció.

- Eh... ¿otra condición más fácil de cumplir? - sonreí falsamente.

- Esa es mi única oferta.

Rodeé los ojos y agarré a Isaac para darle un fuerte abrazo.

- Oh, Isaac querido. Espero que te haya gustado el budín.

Midnight Train to LondonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora