Jessica tardó por lo menos quince segundos en entender y caer en la cuenta de lo que estaba sucediendo. Ella enarcó el entrecejo.
- Nuestra bebé... Jeff, es nuestra bebé - decía Charlotte con lágrimas en los ojos. Acto seguido, se tapo la cara con las manos y empezó a sollozar.
- Ven aquí, princesa - el hombre abrió los brazos tratando de abrazar a su hija después de quince largos años sin poder mimarla, darle amor, y hasta malcriarla.
Jessica dio dos pasos para atrás, ella parecía asustada, ofendida o decepcionada.
- ¿Jess? - pregunté muy confundida.
Ella se chocó contra Edward, quien estaba detrás suyo. Él la abrazo por atrás y le susurró al oído:
- ¿Qué ocurre, linda?
- ¿P-por qué están ustedes aquí? - tartamudeó Jessica haciéndole caso omiso a la pregunta de su novio.
- Escucha, Jess, cálmate, ¿sí? Te lo explicaré.
-¿Hay algún problema, Kate? - preguntó la gruesa voz de Jeff.
- ¿Pueden dejar que explique todo? Ellos parecían muy preocupados, te estuvieron buscando por cada rincón de Londres. Estuvieron golpeando en las puertas ajenas preguntando tu nombre, Jess. Colocaron papeles en las calles, con una foto tuya y diciendo que los contactaran si por alguna casualidad te veían. Así que les respondí a la puerta y los dejé entrar. Hace mucho que no los ves Jess, se compasiva.
- ¿Compasiva? - gritó ella - ¿Cómo quieres que sea compasiva cuando ellos me abandonaron a tan temprana edad? ¿Eh?
- Hijita, hay una explicación para todo esto... - Charlotte quiso explicar.
- ¡No quiero oír nada! - las lágrimas ya saltaban por sus ojos - ¿Creen que no duele no tener a un papá al cual abrazar? Al cual, no lo sé... ¿pedirle regalos o cosas como lo hacen todas las niñas pequeñas? Mi influencia masculina es muy pobre; ¡pobrísima! Después una madre, con la que puedas cocinar, contarle cuando gustas de un chico, salir a comprar ropa... Pasar festividades juntos como Pascuas, Navidad, Año Nuevo, ¡hasta incluso mi cumpleaños! No, en vez de llevar una vida normal como las otras niñas tuve que sufrir maltratos y cambios de ciudades y escuelas - a esta altura, Edward la sostenía y abrazaba por la cintura a mi amiga, susurrándole "shhh" así se calmara. Pero fue un intento fallido. Jeff, Charlotte y yo, mientras tanto, estábamos tratando de no quebrarnos - yo en la escuela nunca tuve amigas. Nadie como para jugar a las Barbies o contarnos secretos. ¿Ustedes creen que tía Helen me daba todas esas cosas? ¿Algo como para compensar mi tan miserable infancia? Porque si lo piensan así, están rotundamente equivocados. Nunca en mi vida tuve una familia - cerró los ojos y le caían las lágrimas - la familia más cercana que tuve fueron mis tres hermanitas: Collins, Melissa y Kate. Gracias a Dios ahora tengo a alguien que me ama de verdad - mira a Edward - y de paso mi familia se hace más grande. Edward, Kate, Melissa, Collins, William, Raymond y Aaron son mi familia ahora. No los necesito a ustedes. Los necesité, pero no estuvieron ahí. Así que los invito a salir de esta habitación, por favor - ella se safó de los brazos protectores de su novio y se encerró en el baño. Nosotros estábamos boquiabiertos. Los miré esperando alguna reacción. Ellos caminaron hacia la puerta.
- Esperen, ¿qué hacen? ¿Adónde van?
- Nos vamos, Kate - espetó Jeff - gracias por llamarnos.
- ¿Van a rendirse tan fácil? Después de quince años de esperar y buscar, ¿bajarán los brazos? Yo la conozco, no es que no los quiera, es más, ella los necesita más que nunca. Y yo la conozco más que ustedes - espeté - ¡Ya está! ¡Ya lo tienen! La encontraron, ahora hagan algo al respecto. No hicieron todo esto en vano, ¿o sí?
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Midnight Train to London
Novela JuvenilY aquí estamos nosotras. Tratando de seguir una vida lo más normalmente posible. La verdad es que éste último mes fue... difícil, complicado e inesperado. Cuando recuerdo nuestros meses en Londres, me agarran ganas de sonreír y llorar al mismo tiemp...