23 | Placeres culposos (parte 1)

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[William en multimedia]

Melissa POV

Me sentía sofocada, presionada y confundida. No sabía si sentirme culpable o no sentirme culpable por lo que le había hecho a William. Sobre todo, no me gustaba para nada que Jessica y Kate opinaran del tema, pero son mis amigas; eso es lo que hacen ellas. Me guiaban cuando pensaban que estaba haciendo algo mal. Pero este caso era especial: yo no sabía qué hacer ni qué sentir. Tampoco quería que nadie me dijera qué hacer, ni que nadie me regañara, ni nada. La solución a eso era salir para no estar con las chicas, así que eso hice. Salí del hotel como a las siete de la tarde, casi de noche. No quería hablar con nadie, pero igual, algo me decía que lo hiciera.

Estaba en una zona oscura, como a unas diez cuadras del hotel. Había pocas personas en la calle. Pero vamos, ¿por qué habrían pocas personas en la calle un lunes en la noche siendo que a la mañana siguiente no había que ir a clases? Sí que me había metido en una de las áreas más recónditas.

Me senté en un banco para pensar qué podía hacer. Era la primera vez que me iba sólo para no sentirme molestada por otras personas, o más bien, incómoda por no quererme ahí, donde estaban ellas. Estaba segura que Collins no se habría enojado conmigo en aquel caso. Ella se hubiera quedado a ayudarme a pensar qué podía hacer y apoyarme. Era una lástima que las que estaban cerca de mí no me ayudasen, y la que estaba muy, muy lejos no podía. No iba a llamar a Collins, de ninguna manera. Primero, porque iba a quedarme hablando con ella por horas, porque además de todo esto, la extrañaba mucho. También, la diferencia de horario complicaba las cosas. Eran seis horas de diferencia. Y segundo, porque seguramente tenía cosas más importantes para hacer y en qué pensar, como en Cindy o en sus padres. Tampoco llamaría a Jessica. Ella estaba con Edward y... simplemente no iba a hacerlo. Así que me quedaba una única opción. Hablar con alguien con quien siempre puedes desahogarte, y ella te escuchará: Kate.

O, más bien, eso esperaba.

Marqué su número y me atendió al tercer tono. Agradecía que ella siempre tuviera el celular a mano. Podía hablar con ella por horas y no darnos cuenta.

- ¿Hola?

- ¿Katie?

- ¿Dónde te metiste? ¿Por qué te fuiste? Estaba empezando a asustarme - suspiró.

- Estoy bien, no te preocupes. Mira, necesitaba salir, despejarme...

- ¿Salir? No me digas que te fuiste a Bulletproof sola - ella a veces parecía la madre de todas.

- No, no. Nada de eso. En realidad estoy como a unas diez u once cuadras del hotel.

- ¿Qué? ¿Por qué? Sabías que Londres puede ser muy peligroso de noche, ¿verdad? Y más si hablas por celular a la vista de todos. ¿Por qué no te metiste en una cabina aunque sea? ¿Y por qué te fuiste si podríamos estar hablando tranquilamente las dos en el hotel? - ¿ahora si ven a lo que me refiero?

- Porque no hay ninguna cerca y no me quedé porque necesitaba salir y pensar. Tu... ya no estás enojada conmigo, ¿verdad? Kate, en serio... lo siento.

- Nunca estuve enfadada, pero no te disculpes conmigo. Y tampoco con Jess. Discúlpate con Will.

- Me preocupan más ustedes que William.

- Estamos molestas contigo por haberle hecho tal cosa a un amigo nuestro.

- No hace falta que le pida disculpas. A él ni le interesa. William debe hacer lo mismo. Dice "oh Melissa, te amo. Eres el amor de mi vida" y después debe andar besándose con otras chicas. Es obvio, Kate. No seas ingenua.

Midnight Train to LondonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora