Capítulo 4

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Capítulo 4

¿Estás bien?–dijo Olivia mientras se sentaba a su lado– Te ves un poco pálida.

– Claro–Alice se fijó en sus ojos, al tenerla frente a frente descubrió que en realidad el brillo que había visto era solo producto de su imaginación, y que solo estaban sus ojos esmeralda de siempre, pero aun así las palabras del chico le habían quedado sonando en la cabeza, después de todo estaba en el 2088 sin ni siquiera darse cuenta ¿Quién no podría ser un robot en aquella época?

La pelirroja hizo mohín.

– Oye Alisha, busqué la lista de los compañeros que estaban en el salón de la profesora Martha– luego su brazalete mostro una pequeña pantalla frente Alice, en ella se mostraba una larga lista de nombres– ¿Ves al chico del que me hablaste?

Alice pasó su dedo por la pantalla mientras veía pasar todos los nombres con su respectiva fotografía; al ver al chico pálido se detuvo– Es él– dijo señalándolo.

Intentó actuar como si nunca lo hubiera visto antes y decidió no contarle a Olivia la pequeña charla que había tenido con él.

–Alexander Prive, oh, él... – Dijo con disgusto, luego siguió diciendo su información como si no hubiese hecho un comentario de molestia– 14 años...– dijo en voz alta– No dice nada más, supongo que no he logrado hallar bien la información, imagino que deben tener mucha precaución con esto–Se sonrojó.

– ¿"Oh, él"? ¿A qué te refieres con eso? –Olivia le hizo un gesto, como diciéndole que no era importante, así que Alice siguió hablando–.No creo que sea precaución porque cuando he pasado el brazalete por el escáner del robot este no ha dudado en mostrar lo más grande posible en la pantalla que soy del orfanato.

Olivia obtuvo un color carmesí– Sabes que los robots no tienen capacidad sobre sí mismos ¿no?

– Nunca se sabe, podrían empezar a actuar por su cuenta– Olivia la miro con sorpresa, pero no dijo nada– Pero estos son programados ¿no? así que no es que se preocupen aquí mucho por la seguridad, solo no has averiguado bien.

Olivia la miro con recelo, Alice en cambio obtuvo una pequeña sonrisa, sabía que ella era una chica inteligente y, si lo que Alexander le había dicho era cierto, nada mejor que alguien como Olivia para que la ayudase a encontrar a su padre.

– Te dejo, debo ir a clases– la chica sonó disgustada mientras se despedía de Alice, esta en cambio estaba totalmente satisfecha, quería llegar a presionarla hasta sacarle algo que afirmara que era un robot, aunque había disgustado a Olivia con su comentario, esta no se alejaría del todo, lo sabía, se había dado cuenta que la chica era un poco insegura y manipulable, si quería agradarle a todos, como le había dicho el chico, era por esta razón, y si, como decía Alexander, todo el instituto la odiaba a pesar de los intentos de esta por ser amable, pues la tendría a ella como única amiga; si no fuera así Olivia se hubiese defendido, sin embargo, había permanecido en silencio ante sus comentarios, justo lo que ella necesitaba: alguien que supiera donde se hallaba parada pero que no fuese demasiado agresiva, puesto que Alice aún se sentía perdida. Había logrado analizar lo suficiente a Olivia con tan solo un día de haberla conocido, siempre había tenido esa cualidad, analizar a las personas, aunque su padre diría que era un gran virtud, ella no lo había creído así hasta ahora. Olivia la ayudaría, Alice no dejaría que se le escapara de sus manos...

Por un momento, luego de pensar todo esto, sintió una chispa de completa superioridad en su interior.

(...)

Lo vio un poco desconcertado en la puerta de la escuela, mirando para todos lados.

Se había negado a la invitación que Olivia le había hecho para quedarse con ella comiendo un helado solo para ver al chico que ahora se veía como un completo idiota mirando a todos lados.

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