Capítulo 6

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Capítulo 6

Luego de separarse ambos se miraron fijamente.

Alice se limpió una lágrima con brusquedad, había intentado no llorar, pero aun así rebeldes lágrimas le habían caído consecutivamente, el chico la miró con simpatía–Preces un tomate–agregó con una sonrisa en los labios, Alice no pudo evitar sonreír, le parecía adorable ver como el chico intentaba distraerla de lo que acababa de pasar y no le había preguntado por qué había llorado, estaba muy agradecida por eso, pues no se sentía capaz de explicar lo que había recordado.

Alex le extendió la mano para ayudarla a pararse, esta lo hizo con bastante dificultad, se sentía tan torpe en ese momento y, muy profundo en su interior, sentía miedo, miedo de tener la misma sensación de aquel líquido, miedo de volver a tener aquellos recuerdos y mucho más miedo del lugar donde se encontraba...el mismo miedo la hacía sentirse torpe.

Alex la arrastraba por el pasto y, sin que se lo esperara se encontraba tendida en el suelo después de tropezarse con quien sabe qué cosa.

–Ah, Alisha, eres una tonta–el chico se arrodillo junto a ella mientras la miraba con diversión.

– ¡No me mires así! Ayúdame a levantarme–dijo mientras se apoyaba en el suelo para levantarse.

– ja, ja y, según tú ¿cómo te estoy mirando? –No dejó que le contestara cuando agregó–ni me respondas, eres muy torpe ¿ya te lo habían dicho? ¡Te tropezaste con una pequeña rama!–soltó una carcajada, la cual le pareció bastante agradable a Alice y bastante contagiosa, porque en un segundo ella se estaba riendo también.

Alexander la miro con curiosidad y la ayudó a levantarse– ¿Alisha? Tú eres tonta ¿No es así?,

Alice le dio un golpe en el brazo– ¡Cállate! –Aunque intentó sonar molesta en realidad sonó bastante divertida.– Ya, ya, más bien dime por qué hemos venido aquí–dijo sacudiendo un poco de tierra que tenía en los pantalones.

Su expresión de diversión cambió totalmente– Necesitaba pensar.

– ¿Pensar en qué?

– Yo...– la miró como si dudara de lo que estaba a punto de decirle– .Bueno no es cierto, ni si quiera he pensado en nada, solo quería perder las clases.

– ¿Estás de broma, verdad?

–No–dijo sonriendo.

Alice se sorprendió ante la respuesta de Alexander, ¿cómo era posible que solo la hubiera llevado allí, haciendo que ella volviera a recordar cosas que no quería recordar, solo para perder las clases? Este la miró con la sonrisa aún más grande y se acercó lentamente a ella, luego la cogió del brazo y la arrastró nuevamente por los pasillos de la escuela.

(...)

– ¿Dónde estabas? –Preguntó entre susurros la pecosa–te perdiste las dos primeras horas de clases.

–No te preocupes, de seguro ni notaron mi ausencia–luego de una pausa añadió–quiero presentarte un amigo...–luego de una pausa Alice la miro extrañada– ¿Qué tienes en los ojos? –dijo refiriéndose a su iris que ahora se hallaba claro, casi blanco. Recordó los ojos de su enfermera.

–Son unos lentes ¿No tienes unos? –Alice negó con la cabeza–Ah, bueno ¿Pero sabes para qué sirven? Aunque creo que no, no dejas de mirarme extraño–hizo una pausa y luego agregó–.Mira, con estos veo mejor, son como en la antigüedad, solo que antes se llevaban en la cara y le llamaban gafas...en fin, estos ayudan a ver mejor y puedo ver mejor el tablero, solo haciendo un aumento... y, bueno, puedes ver en la oscuridad con ellos, e incluso hacia el sol, cuando no se nubla tanto, porque las nubes lo tapan demasiado... ¿De dónde vienes que no sabes nada?

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