capítulo 23

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Capítulo 23

Decidió no ir a la escuela, no soportaba la idea de tener que ver a Alexander y mucho menos a Olivia, pues tal vez esta empezaría a hacerle muchas preguntas o tal vez la presidente se había decidido en verla ya, y ella no estaba preparada, porque aunque había descubierto los planos del chip aún le faltaba descubrir cómo crear una máquina del tiempo; tenía pensado en que cuando la presidente liberara a Alexander, porque estaba segura de que ella lo haría, haría todo lo posible junto a él y Estive por liberar a los ciudadanos, sacar a la presidente del poder y finalmente ella irse para estar junto a su padre. Rechazaría la propuesta que le hacía la presidente, no dejaría que esta fuese quien la enviara a su tiempo antes de lograr lo que tenía planeado.

Pero nada de lo que tenía planeado era sencillo, Estive era bastante inteligente y estaba dispuesta a ayudarla, pero a pesar de todo él seguía bajo el control de la presidente y su confianza en sí mismo y sus habilidades disminuían, no tenía dudas de que esto era producto de la presidente, pero Alice haría todo lo posible por ayudar a que Estive recuperara todo esto.

Cuando Alice iba a llamar a la puerta Estive salía, se le veía bastante cansado.

La miró con sorpresa– ¿Qué estás haciendo aquí tan temprano? ¿No deberías ir a la escuela?

–Estive, no fui a la escuela...no me mires así, no notarán mi ausencia.

– ¿Cómo estás tan segura?

Alice ignoró la pregunta– ¿Vas a trabajar? –Estive asintió–.No vayas.

– ¿Estás loca? ¡Me despedirían!

–No, Estive, ni siquiera lo notarán.

– ¿Cómo no van anotar que falté al trabajo? Si yo soy quien hago que los días de mis estudiantes y compañeros no sean tan aburridos.

–Vamos, Estive, es importante que te quedes...además, dime una cosa, ¿podrías decir con seguridad y sin dudar cuántos compañeros tienes?

Estive la miró confundido.

–En mi escuela tan solo hay tres profesores, todos los que dictan las clases son robots, en esta ciudad no hay trabajadores, ni empelados, ni mucho menos profesores, todo lo hacen las máquinas.

–Imposible que en una escuela solo hayan tres profesores.

–Entonces, dime, Estive, ¿cuántos compañeros tienes?

–Yo...yo no lo sé–cerró los ojos con fuerza–No entiendo por qué me preguntas eso–empezó a sobarse las sienes, como si le costara asimilar que Alice tenía razón, que sus únicos compañeros eran máquinas. Tal vez el chip generaba que los ciudadanos no se dieran cuenta que su ciudad estaba llena de robots que cumplían miles de funciones, los ciudadanos no se daban cuenta de que estaban siendo reemplazados por máquinas.

–Quédate, no lo notarán, tan solo enviarán a una máquina a reemplazarte, si te llaman, diles que tienes un problema personal, o algo así. De verdad, Estive, no te estaría pidiendo esto sino fuese importante.

–Muy bien–luego de una pausa añadió–,si te digo la verdad, me alegro mucho de no ir a trabajar, porque ahora que lo pienso, tienes razón, la escuela está llena de robots, y en realidad no es que esas máquinas me caigan muy bien, la presidente ha hecho un mal trabajo con ellas...en realidad, son espantosas.

Alice se sorprendió, cada vez le agradaba más que Estive fuese tan diferente a los demás, porque aunque no se diera cuenta de muchas cosas había una parte de sí que estaba despierta y le hacía pensar diferente, un ciudadano normal nunca diría que la presidente había hecho un mal trabajo, tampoco dirían que los robots eran espantosos.

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