Capítulo 15

11 1 2
                                    

Capítulo 15

Olivia avanzó totalmente decidida hacia su madre, quien estaba concentrada en una gran tableta, cuando llegó al escritorio le dio un golpe tan fuerte que hizo vibrar la mesa. Su madre la miro furiosa y estaba a punto de gritarle cuando Olivia la interrumpió: – ¡Necesito respuestas, madre!

–Oh, Ginn ¡No empieces con unas de tus rabietas! Estoy trabajando ¿que no lo ves?

–Vaya, ¿trabajando? ¿En qué? ¿En cómo manipular a tu hija?

–No sé de qué me estás hablando, Olivia.

Olivia se desesperó– ¡No! Tú si sabes, lo sabes muy bien ¿Por qué querías que les entregara esos estúpidos collares a mis amigos?

–Eso no es asunto tuyo.

– ¿No? Pues muy bien, entonces, como no es asunto mío ¡Renuncio a la presidencia! ¡Cuánto desearía que la presidencia fuese por votación y no un legado familiar! Parece una estúpida monarquía, pero estas acabaron hace años; si fuera por votación podría convencer a los ciudadanos de no votar por mí.

–La presidencia sí es por votación, o una parte de ella, yo te la heredo a ti y los ciudadanos deciden si están de acuerdo o no.

– ¿Decidir? ¿Cómo van a decidir si los tienes totalmente controlados?

–Yo no tengo controlados a los ciudadanos, Olivia, ¿de dónde sacas esas ideas?

– ¡Da igual! ¡Renuncio, no quiero saber nada de la presidencia, nunca más!

–Tú no vas a renunciar a nada, Ginn–su madre apartó la vista de la tableta y la miró cin reproche.

– ¿No? ¿No has escuchado lo que acabo de decir? ¡Renuncio, renuncio y renuncio! No pienso ayudarte nunca más con lo que necesites, y no te acerques a mis amigos.

Su madre río, Olivia esperaba de todo, gritos, castigos y regaños, pero nunca una risa por parte de su madre.

–Olivia, es que no tienes elección, no puedes elegir si quieres renunciar o no, eso lo decido yo–su madre abrió el cajón del escritorio y sacó un pequeño botón, Olivia se estremeció, ya había visto ese botón antes, pero no recordaba en dónde.

– ¿Qué es eso?

Su madre volvió a reír–Tú sabes qué es.

La cabeza le empezó a doler incontrolablemente, mientras la vocecilla de su voz le repetía constantemente y demasiado fuerte «No, no dejes que lo oprima, Olivia; no dejes que lo haga...despierta, despierta, tienes que mantenerte despierta, no dejes que lo oprima o dormirás...ayúdala por cuenta propia y así no volverá a apretar el botón, despierta, despierta, despierta...»

Su madre estaba a punto de oprimir el botón cuando ella gritó– ¡No! ¡Espera!, espera... lo haré, solo, no lo oprimas. No renunciaré, te seguiré ayudando–no sabía por qué le temía a ese botón, solo sabía que le dolía la cabeza terriblemente y que debía evitar que su madre oprimiera el botón. – ¿Qué quieres que haga? –preguntó.

–Quiero que traigas aquí a Alisha y a Alexander.

– ¿Cómo sabes sus nombres?....no, espera, no me lo digas. No quiero saberlo–hizo una pausa mientras se sentaba en una silla–.Lo haré, solo si me dices para qué sirve el botón.

–Olivia, quieras o no, tendrás que hacerlo–pasó una dedo alrededor del botón–sino te digo dará lo mismo, puedo obligarte a hacerlo.

En ningún momento su madre dejó de pasar su delgado dedo por el borde del botón, y así Olivia lo entendió–El botón me obliga a hacerlo ¿verdad? Por eso algunas veces no recuerdo lo que hago...por eso no sé quién soy, porque tú controlas mis acciones, o sea que sí soy un robot–hubo decepción en su voz al decir aquello.

AmbiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora