Ambición

Capítulo 11

Capítulo 11

«Alisha, no esperes que olvide lo que pasó; ni siquiera tú deberías olvidarlo, no todo, al menos. No lo olvides todo, por favor, no olvides que te he dicho que te quiero...tenemos que hablar, deja de evitarme. Tú sabes que debemos hablar»

Alice leyó por undécima vez en los dos últimos días el único mensaje que Alexander le había enviado hasta ahora; la LiPo lo producía legiblemente y ella era consciente de que debían hablar, solo que ella no quería hacerlo.

Lo había estado evitando desde lo sucedido en el auto, de solo pensar en todo lo que había pasado le dolía la cabeza; Alex era un recuerdo viviente de lo que habían pasado, por esta razón ya no quería verle más.

No quería recordar que había sentido odio por su padre y por el chico, cada vez que pensaba en eso se sentía como una persona horrible, tampoco quería recordar que había estado a punto de ir directamente hacia la presidente por medio de un secuestro, no se sentía en condiciones de verla, primero tenía que entender un poco más sobre la sociedad en la que se encontraba, porque aparte de hallar a su padre quería salvar a la ciudad, y tampoco se sentía preparada para ver a su padre, primero tenía que saber en qué se había convertido ella, tenía que saber si seguía siendo la misma Alice o si había cambiado su actitud, porque el tiempo que había recibido la "essence" y que había estado en la capsula había hecho que ella se perdiera, que dejara de saber quién era ella. Y mucho menos estaba preparada para que a Alex y a ella le hicieran algo que los obligara a convertirse en alguien como los demás.

¿Por qué las personas confesaban lo que sentían cuando estaban a punto de morir? ¿Por qué Alexander lo había hecho así? Eso solo complicaba más las cosas, ella no era capaz de afrontar sus sentimientos, ni siquiera sabía si tenía un sentimiento más allá de la amistad hacia él, y mientras lo averiguaba debía estar lo más alejada posible de él, e incluso le había pedido a Olivia que mantuviera su distancia, porque sentía que la chica hacia que le doliera más la cabeza, que ella fuera la hija de la presidente la estremecía, porque ¿en qué se podría convertir Olivia en un futuro?

Deseaba con todas sus fuerzas que nada de esto hubiera pasado, que si volver junto a su padre no era posible, al menos se hubiera quedado en el fondo de aquel lago, con el agua cortándole la respiración y que al final hubiera formado parte de la espesa agua. Deseaba haberse hecho una con ella.

Pero no había nada más que hacer para parar lo que estaba sucediendo que seguir adelante.

Borró el mensaje de Alex y se dispuso a volver al orfanato.

Era deprimente no tener con quien pasar un rato después de las clases, pero ahora así sería para ella, aunque podría haber salido con Olivia un rato, ser consciente de que tal vez ella no tenía ninguna responsabilidad sobre el secuestro y que no tenía sentido alejarse de ella, pero para lo único que la necesitaba era para saber de su padre y en ese momento no quería saber nada de él.

Caminó ágilmente por las húmedas calles mirando hacia atrás constantemente, ya que algunas veces sentía como si la siguieran, pero al mirar atrás las calles estaban desoladas. Después del secuestro había dejado de confiar en las personas de su alrededor y vivía con frecuente nerviosismo; Alex tenía razón, era imposible olvidar algo como eso.

Al llegar al orfanato se desplazó rápidamente a su habitación sin dirigirle la mirada a ninguna de las enfermeras que se encontraban por los pasillos, al entrar vio la cama extremadamente desordenada, así que se acercó y oprimió el pequeño botón de la parte superior de la cama, cada vez que lo veía se sorprendía más, la suave cobija de seda se extendió por sí sola hasta quedar estirada completamente por la cama de cristal, le parecía sorprendente que una cama pudiera tenderse sola, aunque le parecía más sorprendente que incluso apretar un simple botón por la mañana para que la cama se tendiera sola se le olvidara.