Capítulo 7

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Capítulo 7

Separó suavemente la aguja de la espalda de Olivia e intentó interpretar una actitud de lo más casual.

– ¿Olivia? ¿Qué tienes aquí? –dijo tocando cerca de la herida para que Olivia cayera en cuenta de a qué se refería.

Dijo esto mucho antes de que Olivia se diera cuenta de que la herida había sido provocada por Alice.

Olivia mandó su mano hacia su espalda cuando sintió, no solo el dedo de Alice, sino también un fuerte dolor en ella. Al mirarse el dedo vio un poco de sangre. Alexander había observado todo ese tiempo con mucha atención, al ver la sangre hizo una mueca que fue reemplazada rápidamente por una cara de falsa preocupación.

Alice estaba segura que la actitud que adoptaban ambos era demasiado hipócrita, pero no le importó demasiado. Ya nada de lo que hacía le importaba demasiado.

– ¡Uh! –exclamó Olivia al notar la sangre en su dedo, era evidente que a la chica le desagradaba la sangre, aun si fuera la suya, por el fastidio que se le notaba en la cara.

– ¿Quieren esperarme un segundo? Iré a la enfermería, seguro me he cortado con la silla–se levantó de la banca para retirarse.

Alex le dedicó una mirada de confusión, era comprensible que tuviera sorpresa ya que no pensaba que la chica fuera tan delicada ante una simple cortada, Alice también lo estaba, pero todo se aclaró para ambos cuando Olivia les dio la espalda para caminar ágilmente por el patio.

No era na simple cortada. Alice supo que se le había ido la mano cuando vio una cortada, no muy profunda, pero posiblemente dolorosa, de unos 10 centímetros.

Agachó la mirada mientras sentía culpabilidad en su interior, agarró sus cosas y salió disparada por el patio.

– ¡Alisha! ¿Qué mierda? –escuchó al chico gritar a lo lejos, seguramente estaría intentando seguirle el paso, pero no tenía el suficiente valor para mirar atrás y comprobarlo.

Caminó por los largos pasillos de la escuela aunque no estaba muy consiente a donde iba.

Lo que tenía en mente era ir al laboratorio de su padre, allí había comenzado todo esto y estar allí le recordaría por qué hacía lo que hacía, además, necesitaba un lugar para pensar y recobrar fuerzas para continuar en aquel lugar desconocido sin su padre, lo cual se estaba convirtiendo en algo extremadamente difícil para ella. Habría podido dejar las clases atrás e irse de allí, pero lastimosamente el colegio no estaba abierto en horas de clases, así que solo le quedaba seguir corriendo por los pasillos y mirar donde la llevaban sus piernas.

Y se encontró parada donde menos se lo esperaba, estaba frente a la habitación donde había estado con Alex, el lugar estaba despejado y se veía mucho más grande de lo que recordaba.

Visualizó todo el lugar y vio el único árbol que había allí. Se acercó a este jadeando, odiaba la contaminación de la ciudad.

Al estar en mitad de camino vio al perro mecánico de allí, hizo una mueca al ver que movía la cola, pero se sintió decepcionada después de ver que aquel gesto no iba dirigido a ella, ya que el perro miraba hacia atrás. En la puerta se encontraba Alexander con cara de pocos amigos.

– ¿Qué haces aquí? –preguntó algo molesto.

–Solo necesitaba pensar un poco.

–Y, supongo, que no tenías más remedio que invadir mi lugar para pensar ¿no es así, Alisha?

–Tengo mi propio lugar, solo que esta fuera del instituto, y no sabía a donde más ir.

– ¿Algún día me llevarás? –se acercó un poco a ella con delicadeza.

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