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—BERLÍN—
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IRVETTE.
ME DESPEDÍ DE mis padres y mis tíos y me fui de Nueva York sin volver a hablar con Pietro. Me dolía en el alma dejarlo y alejarme de él, pero era lo mejor para mi. Pietro debía ordenar sus prioridades y mientras eso sucedía no podía estar con él. Me aterraba que esta discusión ocasionase que las relaciones entre nosotros se rompieran y lamentablemente eso estaba sucediendo.
Mire en los bolsillos de mi mochila hasta encontrar el busca que me dio Steve al principio de todo. Él tenía uno igual así que podría triangular su posición.
Lo tome y pulse el botón. Tardó unos segundos hasta que dio con la posición exacta del Capitán, estaban en Berlín.
***
Llegué a Berlín, estaban cerca de una fabrica abandonada donde suponía que ellos se habían escondido. No sabía como entrar, podrían confundirme con un enemigo.
Me coloque en un punto muerto y encontré una ventana alta medio abierta. Estire mi tronco hasta la ventana y poder ver que no la vigilaba nadie, metí mis cosas en silencio para después pasar yo.
Deje mis cosas escondidas y me dedique a buscar a mis amigos. Sam vigilaba la puerta. Me estire hasta que mi cara quedo pegada a la espalda de Sam.
—Creo que no vigilas muy bien.—dije en tono de burla.
Sam se giro sorprendido.
—¡Irvette!—dijo contento para abrazarme.—¿Como has venido?—dijo.
—Mejor vamos a hablar con el Capi.—dije volviendo a mi cuerpo normal.
Sam me guió hasta una habitación donde estaba un Steve con cara de preocupación y el tal Bucky con su brazo de metal atrapado y semiconsciente.
—Hola.—dije sonriendo.
La cara de Steve cambio al verme y me abrazo con fuerza.
—¿Qué haces aquí?—dijo con una sonrisa.
—Wanda me llamo y me contó lo que pasaba y que no la dejaban salir, así que vine yo. Os he encontrado con el localizador que me diste.—dije sonriendo.
—¿Y Pietro?—dijo Sam.
Mi cara cambio completamente.
—Hemos cortado.—dije sin emoción.—Solo me acompaño para controlar que no saliera.—dije apenada.
—Lo siento mucho, pequeña.—dijo Steve abrazándome.
—¿Y conseguiste averiguar lo que eran las visiones?—dijo Sam algo incómodo.
