III. WASHINGTON

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{MARVEL: LOS VENGADORES}

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—WASHINGTON—

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IRVETTE.

NED, PETER Y yo  estábamos en el cuarto de Peter vigilando los movimientos de los malos. 

—No paran de moverse.—dijo Ned con la máscara de Peter puesta en la cabeza.

—¿Vamos a estar toda la noche así?—dije ya cansada, estaba tumbada en la litera de arriba jugando con mis manos.

—Tened paciencia.—dijo Peter esperanzado.

—Si yo la tengo Peter, pero mi madre me va a matar por llegar más tarde a casa.—dijo Ned quitándose la máscara de la cabeza.—Lo siento tío, me tengo que ir.—dijo. 

Peter se levanto de la silla e hizo con Ned su gran saludo.

—Adiós, superheroina.—dijo con una sonrisa Ned.

—Adiós, Chico de la Silla.—dije sonriendo y haciéndole un gesto con la mano.

Ned salio por la puerta y Peter y yo nos quedamos solos en su cuarto.

—¿Tú también quieres irte a dormir?—dijo Peter haciendo una mueca. 

—No, yo me quedo aquí contigo.—dije estirando mi brazo hasta llegar a la mejilla de Peter. 

—Sabes que eso es un poco inquietante, ¿verdad?—dijo mirando mi brazo alargado, le di un capón y él se rió. 

***

Después de otro par de horas Peter miraba fijamente la pantalla de su rastreador sentado en su cama inferior mientras yo seguía estirada en la cama superior. 

—Peter, me aburro.—dije alargando las palabras mientras mi cabeza colgaba por la cama. Peter ni siquiera me miro.

—Lo siento Irvette, pero esto es importante.—dijo concentrado. Pero no me di por vencida y usando mi elasticidad me metí en la cama de Peter. 

Abracé su espalda con mis brazos mientras acercaba mi boca a su oído. 

—Descansa un poco.—dije pasando mis manos por todo su cuerpo. 

Peter se tenso bajo mi tacto y una sonrisa traviesa cruzo por mi cara. 

—Ir-Irvette tengo que concentrarme.—dijo con la voz temblorosa. 

—Lo se, pero ¿y si dejamos un rato esto?—dije y empecé a dar besos por su cuello lentamente.

—Ir-Irvette.—dijo y de su boca se escapo un jadeo. 

Sonreí 

—Será mejor que deje esto.—dije apartando el cacharro y dejándolo en la mesita de noche.

ACELERA || PIETRO MAXIMOFFDonde viven las historias. Descúbrelo ahora