Capitulo 3

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El taconeo que hacía al caminar,conseguía que la gente mirara hacia ella.

-¿Se puede saber a dónde vas?-preguntó Paulo alcanzándola.

-A mi casa...

-Nuestra, ahora.

-No te confundas, tú eres invitado de tu hermana... y no me toques mucho las narices, no va a ser que acabes en un hotel...

-¿Contigo?

Oriana se quedo muda, y Paulo sonrio sensualmente. Demasiado tarde para contestar, aunque decían mejor tarde que nunca.

-No seas así, Ori. ¿Qué te cuesta acompañarme?

-¿Costarme? Nada...pero como eres tan grosero.

Él volvió a sonreír.

-¿Grosero?¿He sido grosero? Te pido disculpas.

Oriana vaciló,¿le estaba tomando el pelo, o qué? Miró a los ojos color miel que la miraban sonrientes.Dios, era realmente guapo, más que guapo era hermoso...y además, sólo le bastaba cerrar los ojos para verlo desnudo y que todo su cuerpo se encendiera. Sin querer carraspeo para quitarse de la cabeza aquellos impuros pensamientos. Ella había tenido una cita ese día,y él la había echado a perder, bueno, él con ayuda de ella. Quizás, si no se hubiera pasado la gran mayoría de la cita, maldiciendo a Dolo y a su hermano,Sergio se hubiera quedado, y no habría salido espantado, pero ya, ¿qué remedio le quedaba? Estaba en un lugar lejano a su casa, sin coche, y sin ninguna gana de gastarse un dineral en un taxi que la devolviera sana y salva a su casa.

-Sé rápido, porque quiero volver ya a casa.

-¿Una copa?-preguntó él.

-Rápido.

-No tan rápido... no te vayas a atragantar.

Oriana lo miró, la frase había sonado tan... la había dicho de una forma tan...Dios, la chica se llevó una mano a la cara, que se había tornado de rojo.¡Maldito fuese! Ella, que casi nunca se avergonzaba, ella, que pasaba de la gran mayoría de personas... ¡Se estaba ruborizando por aquel cretino!


Una ducha diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora