El agua caía por su cuerpo, caliente, vaporosa, los ojos le pesaban, y el agua hacía que le picasen, pero no importaba, nada importaba, solo la relajación que sentía al sentir el agua recorrer cada trozo de piel.
Se enjabono despacio, sintiendo sus propias caricias en la piel, y deseando que no fueras sus manos la que la acariciaran. El calor aumentaba, y su respiración iba a prisa, el agua golpeando el suelo de la bañera era lo que más sonaba.
Los cristales estaban empañados, como todo el ambiente, que era borroso. Una puerta sonó, abrirse ... la puerta del baño se abrió, y ante ella apareció él. Paulo.
Con una simple toalla rodeando su cintura.
-Paulo-gimió ella- ¿Qué haces aquí?
-Te necesito...-susurró él.
-Pero Dolo... nos va a ver.
-No... no te preocupes, se ha ido.
-Oh...
-¿Me haces un hueco en la bañera, cariño?
Sin pudor alguno, Oriana sonrió, y dejó que él se introdujese en la bañera, junto a ella, después de quitarse la toalla. Las manos suaves y duras de él, la cogieron de la cintura, su miembro estaba erecto, y él caliente. Un cuerpo adherido al otro, pegados, una boca busco la otra, se besaron, devorándose.
Oriana gimió, él gruño. Sentía su erección contra su vientre, sus manos acariciandola, tocandola.
Volvió a gemir.
-Paulo... por favor- pidió, acariciando su miembro ,duro, caliente, grande.
-Voy, voy ... Ori ...
-Por favor- rogó ella, mientras, él se colocaba en su entrada.
-¡Orii! , ¡Oriii! , ¡Oriana! ¡Oriana, ******* despierta!
Oriana despertó.
Envuelta en sudor, acalorada, agobiada, y exitada. Miró a su amiga, que la miraba extrañada.
-¿Qué pasa? - preguntó mirando el reloj, las ocho de la mañana.
-¿Estás bien? - preguntó Dolo.
-No - contestó secamente.
-Debes tener fiebre, estas muy roja, y hacias ruidos raros ...
-Dioos ...- gimió ella, escondiendo la cabeza en la almohada. Esperaba al menos, no haber hecho... muchos de esos ruidos.
-Oh...- dijo Dolo comprendiendo- ¿Con quien? - pregunto, curiosa.
-¡Que te importa!
-Uy... por favor, si lo sé, te dejo correrte antes de despertarte.
-Mala broma... bueno, ¿qué pasa?
-Me voy.
-Bien.
-Tres días.
-¿¡Que!? ¿Estas loca,no?
-No... tengo un compromiso...
-Ya, me imagino de qué tipo...
-¡Oye, bonita, que no siempre...! Bueno da igual, es trabajo... la empresa me manda, sino, no me iba...
-Ok... ¿ya, puedo seguir durmiendo?
-Si... solo era para avisarte, y decirte que le eches un vistazo a mi hermano, ya sabes, por si necesita algo, o lo que sea...
-Dolo ...
-Adiós, cariño.
-Adiós...
-¡Cuidamelo!
-Que se cuide solo- farfulló, enterrando la cabeza en la almohada.
¡Maldita fuese Dolo, y todo su trabajo! Se iría también ella de viaje... pero después de dormir un rato más. Le pesaba la cabeza, tenía la boca pastosa, pero sobre todo, tenía muchas ganas de dormir, y ... continuar con ese maldito sueño.