1.13; Eres solo casualidad.

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- Cuando te vi entrar a la tienda de música - Rompió ese silencio cómodo que se había formado entre nosotros, dejándome ver esa nariz italiana perfilarse frente a mi.  Había hecho una pausa para pasar una de sus manos por debajo de ella - La verdad - Se rió para si mismo - Me acerqué porque ya te había visto a través del cristal del aparador, quería que entraras, y como por arte de magia lo hiciste - Hizo un gesto divertido con sus manos y rió a la par mía - Para entonces yo no me había dado cuenta de que eras tú, solo me habías llamado la atención.

Sentí un sonrojar en mis mejillas que evadí pidiéndole otro cigarrillo. Él accedió y lo encendió y caló para mi. Me lo entregó y lo puse entre mis labios sin dejar de mirarlo. En tan poco tiempo, la chica de pueblo se volvió una citadina más. Sin miedos, sin prejuicios - No hablas enserio, Frankie - Reí ante lo que había dicho después de calar el cigarrillo nuevamente - Es imposible.

- Es posible cuando una chica atractiva se pasa frente a uno - Me arqueó una ceja y yo solo pude desviar mi mirada de la suya. Carraspeó un poco y continuó - El punto es, que cuando me acerqué a ti y me preguntaste sobre el acetato, solo pude notar lo familiar que eras para mi - Hizo una pausa - Oh, claro, y esa linda cicatriz que llevas en el rostro gracias a mi - Con una de sus manos acarició mi mejilla izquierda, en la cual llevaba esa pequeña marca que me había hecho cuando aún era una niña. La rozó con la yema de su pulgar derecho con algo de cuidado y casi ternura - Gracias a esto pude comprobar que eras tú.

Lo miré sin desespero, tranquila, disfrutando el momento, pero sin saber que era lo que sucedía realmente. Era evidente que no eramos unos niños ya, pero no era motivo para atraerme por él de esa manera, y menos, en tan poco tiempo. 

El cigarrillo cayó de mi mano y después lo pisé con apresuro, prácticamente sin que él se percatara de ello.

Traté de encontrar algo que me sacará de esa burbuja en la que ambos nos habíamos metido - Frankie - Hablé de la manera más serena que pude - No he llamado a mi casa, mis papás deben pensar que ahora mismo estoy amordazada en la cejuela de un coche.

Me miró divertido, mientras yo solo ponía mi mejor cara de preocupación fingida, tratando de ocultar todo aquello que me había hecho pensar momentos atrás.

Me tomó de la mano y me guió al final de la calle donde había un teléfono público - Bien, toma dos monedas y llama a casa antes de que me detengan por secuestro - Me sonrió mientras tomaba una de mis manos y colocaba dos monedas sobre mi palma. 


Llévame a la cima... (Douglas Booth as Nikki Sixx)Where stories live. Discover now