1.65; Prisión.

85 7 1
                                    


Narra Gunner:

Me desperté porque el sonido de fondo de mi despertador en la otra habitación no dejó de golpear mi inconsciente.

Era muy temprano aún. Un ligero frío en el clima asomaba por la mañana de aquel lunes de Enero.

El olor fresco y alcoholizado de Nikki golpeó mi sentido del olfato. Mi rostro estaba casi hundido en su cabellera negra.

Amé esa sensación.

Su piel estaba cálida a pesar de que no tuvimos colcha durante toda la noche. Solo el calor de nuestro cuerpo, uno al lado del otro.

No quería levantarme. Por primera vez en mucho tiempo me sentía tranquila.

En paz.

Arropé  a Nikki con la colcha tirada junto a la cama. Salí a puntillas de la habitación, no sin antes cerrar las cortinas desgastadas de la ventana, para que la luz no lo molestara durante un rato.

Lo observé descansar en la misma posición en la que se había quedado dormido junto a mi. Me había costado sacar mi mano de su agarre. Pero lo logré después de un par de minutos de forzarme silenciosamente.

Cerré la puerta con cautela y me dirigí a mi habitación para apagar aquel ruido infernal.

Me vestí con ropa cómoda. Un par de jeans desgastados de las rodillas y una sudadera holgada color gris, tenía un poco rota la tela del hombro derecho, pero era demasiado cómoda. Terminé por anudar mis botas para después salir de la habitación con una cola de caballo recién hecha golpeando sobre la mitad de mi espalda.

Tomé mi cartera y la guardé entre mi pantalón y mi abdomen, así nadie vería que traía algo de "valor" conmigo. Rebusqué las llaves de Nikki por toda la sala, necesitaba salir, pero tampoco quería despertarlo.

Recordé el consejo nocturno de Tommy. La ventana. Salí por aquel atajo sin pensarlo dos veces.

El aire frío de la ciudad golpeó mi rostro logrando que despertara completamente. No estaba bien segura de a donde iba. Apenas había logrado ubicar algunos lugares gracias a un mapa que había tomado de la central de autobuses el día que llegué a la ciudad.

Había un supermercado a unas cuantas cuadras del hotel en el que me había hospedado, y gracias a dios, recordaba cómo llegar ahí.

Comencé a hacer camino. Debía llamar a mis padres para que trajeran el resto de mis cosas, incluida mi bicicleta.

Aquella caminata matutina me sirvió para hacer una lista mental de cosas que debía comprar. Nikki parecía vivir solo de sobras y cerveza, nada más.

Terminé la lista mental justo al pasar la puerta de entrada del hotel. Estaba cerca.

Prepararía el desayuno para ambos y terminaría mi papeleo escolar después de eso. Aún tenía pendientes, y parecía como si yo hubiera olvidado el motivo de mi llegada a aquella ciudad.

Con el pasar de calles, fui dándome cuenta de muchas cosas. Las personas solían ser distintas por las mañanas. Eran más tranquilas, serenas, iban a trabajar como cualquier persona normal.

En cambio, los seres nocturnos, solo traían la fiesta dentro de su cabeza.

Llegué al supermercado justo faltando quince para las ocho de la mañana.

Ya estaba abierto.

Di un pequeño paseo por uno de los pasillos mientras tomaba algunos productos de los anaqueles y los colocaba dentro del carrito.

Llévame a la cima... (Douglas Booth as Nikki Sixx)Where stories live. Discover now