1.80; Mío.

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Narra Gunner:

El humo del cigarrillo flotaba y se difuminaba con las luces de la calle. Huí de todo lo que me rodeaba después de haber golpeado a aquel idiota sin medir nada, ni mi propio miedo.

Christopher me había enseñado algo valioso con cada golpe y cada insulto que brotaba de él en cada una de nuestras "citas" románticas. Nunca dejar que nadie abusara de mi en ningún sentido.

Lastima que tuve que aprenderlo de mala manera, mientras cada cicatriz sobre mi cuerpo me lo recordaba. Aunque, las heridas dentro de mi como mujer, seguían abiertas.

Había comprado una malteada de chocolate para tranquilizar mi camino de vuelta al departamento. El sabor del chocolate no era tan malo mezclado con el sabor del tabaco.

Caminaba a paso lento, pero firme y convencida de que una llama dentro de mi se había encendido con la firme intención de no apagarse en un buen tiempo.

Sixx me había obligado a cambiar mi estilo de vida aburrido por uno en el que debía estar en constante alerta, y al mismo tiempo desprendida de mi entorno.

La noción del tiempo se perdió dentro de mi sistema mientras las luces seguían bailando sobre mi cabeza, como si de una fiesta se tratara. La música de los bares cimbraba el piso de las calles de aquella ruidosa ciudad, y el olor a alcohol se mezclaba con la sensación de sexo que cada esquina emanaba.

Por algo era la ciudad de la perdición. Por algo me sentía tan abrumada. Y eso, eso me gustaba.

La adrenalina había pasado y mi corazón latía con normalidad. Mis manos ya no temblaban, y los fantasmas que me seguían a todas partes ya se habían tranquilizado.

El camino al departamento de Nikki fue más placentero de lo que yo había logrado imaginar durante mis cinco minutos de euforia después de lo sucedido. Y la realidad es que fue como una terapia callejera que jamás pensé llegar a experimentar.

Al doblar la calle que daba al departamento me sentí menos atrapada que antes. Aunque aún no conocía el recuento de los daños. Y realmente me tenían sin cuidado, yo no era culpable por tratar de defender a Tommy, o a mi.

Mi paso seguía siendo lento y firme. La entrada al apartamento estuvo a centímetros de mis pies, tan rápido como los sueños que brotan justo antes de despertar un domingo por la mañana.

Inhalé de forma en la que mi cuerpo pudo relajarse cuando el aire salió de mi sistema.

Calmo y sereno.

Ya había logrado ver la camioneta de Tommy estacionada frente al apartamento, así que sabía que estaría ahí dentro. Quizá, esperando una explicación, o solo para preocuparse desmesuradamente. Cualquiera de las dos era completamente válida para mi.

Pero hubo algo. Mejor dicho, alguien, a quien había ignorado completamente desde que salí corriendo de aquella escena llena de golpes, insultos y personas curiosas que nos rodeó durante un par de minutos eternos.

- No hagas ruido, acaba de quedarse dormido - La voz ronca y callada de Nikki logró estremecerme cuando entré por la ventana del apartamento. Tenía que dejar de olvidar o perder mis llaves.

Carajo.

Observe a Tommy durante una fracción de segundo. Se había quedado dormido en uno de los sillones, y la verdad es que incluso de verlo me sentí adolorida. No era sencillo aceptar que gran parte de lo sucedido había sido culpa mía. Y a cómo la divinidad de Dios me lo permitió, traté de frenarlo.

Llévame a la cima... (Douglas Booth as Nikki Sixx)Where stories live. Discover now